El mundial le sonríe a Uruguay

El sorteo realizado en el Kremlin de Moscú el día viernes 1 de diciembre le deparó al combinado nacional de Uruguay un grupo accesible, algo que no había ocurrido en los anteriores dos mundiales, donde, por el contrario, le tocaron los grupos de la muerte.

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En los papeles, el grupo que le tocó a Uruguay es un grupo que cualquier persona hubiese firmado, principalmente los uruguayos. Sí, sin lugar a dudas que sí. Una selección celeste que no había tenido mucha fortuna en los últimos dos mundiales, quedando emparejada con Francia, México y el local Sudáfrica en el año 2010 mientras que en Brasil 2014 compartió grupo con potencias como Italia e Inglaterra, además de una emergente Costa Rica

Hoy le tocan en su grupo una serie de rivales que no tienen una gran tradición futbolística ni tampoco grandes participaciones en copas del mundo. Egipto vuelve a disputar un mundial luego de 27 años, la última vez había sido en Italia 1990 donde quedó eliminado en primera ronda. Arabia Saudita, por su parte, vuelve a la máxima competencia de selecciones luego de no haber participado de Sudáfrica 2010 ni Brasil 2014 y teniendo como mejor participación, los octavos de final en Estados Unidos 1994.

Rusia es la selección que tiene un historial más interesante pero principalmente cuando se presentaba como parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), siendo su mejor posición el cuarto puesto alcanzado en Inglaterra 1966. Desde la disolución de la URSS y el retorno de Rusia como república independiente, participó en los mundiales de Estados Unidos 94, Corea y Japón 2002 y Brasil 2014, quedando afuera siempre en primera ronda.

Uruguay, el favorito del grupo, es bicampeón del mundo (Uruguay 1930 y Brasil 1950), alcanzó el 4° puesto en Sudáfrica  2010 y quedó afuera de Brasil 2014 en octavos de final pero habiendo logrado vencer en fase de grupos a Italia e Inglaterra. Una selección con tradición e historia y que va a tratar de hacer valer eso a la hora de enfrentar a sus rivales.

Dejando de lado la historia, hay que entrar en lo meramente futbolístico. La selección uruguaya llega al mundial, salvo lesiones, con dos de los mejores 9 del mundo. Luis Suárez (Barcelona) y Edinson Cavani (París Saint Germain) conforman una delantera letal y que además integran esa dupla de ataque desde hace varios años, lo que, en un fútbol tan cambiante y donde es difícil consolidarse, es un plus. Cavani lleva 23 goles convertidos en 20 partidos disputados desde que comenzó la temporada 2017/18 mientras que Suárez, quien viene poniéndose en forma luego de haber comenzado el semestre con lesiones, lleva 5 goles en 19 encuentros disputados.

La dupla de centrales uruguaya conformada por Diego Godín y José María Giménez es vital en el funcionamiento del equipo. Ambos centrales del Atlético de Madrid, además de llevar varios años juntos en la selección, también lo hacen en su equipo, lo que marca otro plus importante.

El mediocampo uruguayo es lo que está todavía afianzándose, Matías Vecino, jugador del Inter de Milán, se ha consolidado como eje en la mitad de la cancha pero al entrenador Oscar Washington Tabárez todavía le falta decidir quiénes van a acompañar a Vecino en ese centro del campo. Por un lado puede optar por jugadores jóvenes con gran proyección como Federico Valverde (Deportivo La Coruña), Rodrigo Bentancur (Juventus) o Nahitan Nández (Boca Juniors), que es lo que se estuvo viendo en los últimos encuentros de eliminatorias y amistosos, o si lo hará por la vieja guardia, jugadores de edad más avanzada como Álvaro González (Nacional de Montevideo) o Egidio Arévalo Ríos (Racing Club), que siempre le han respondido y que han estado en la selección desde el mundial de 2010 pero que ya se los ve varios puntos por debajo del nivel que exige una cita mundialista.

Finalmente, el nombre que tiene en vilo a todo el país es el de Lucas Torreira (Sampdoria), jugador de 21 años que está deslumbrando en el fútbol italiano y que todavía no ha sido citado. Se especula que será convocado para la fecha FIFA del mes de marzo y de dar el nivel que viene mostrando desde hace ya un año en Italia, será el acompañante de Matías Vecino en ese centro del campo.

La selección uruguaya llega al mundial con una columna vertebral fuerte y consolidada, con un proceso de selecciones que ya lleva 11 años y además con jugadores en pleno auge. Si bien su juego no ha sido vistoso nunca, con la irrupción de estos jóvenes citados por Tabárez para manejar el mediocampo, se espera ver una selección mucho más dominadora de los partidos y pudiendo asistir de mejor forma a sus delanteros.

Rusia llega al mundial sin haber disputado encuentros clasificatorios por ser la anfitriona, lo que siempre termina generando dificultades a la hora de consolidar un equipo ya que, a pesar de jugar varios amistosos, el ritmo competitivo no es el mismo. La última gran competición disputada por el equipo Ruso fue la Copa Confederaciones de 2017, donde quedó eliminado en primera ronda tras vencer a Nueva Zelanda y perder con Portugal y México, lo que generó mucha incertidumbre de cara al mundial. La base de la selección rusa es de jugadores de equipos  locales como el CSKA de Moscú y el Zenit de San Petersburgo. Artiom Dziuba y Aleksandr Kokorin, delanteros del Zenit, al igual que Fiódor Smólov, del Krasnodar, serán las principales armas ofensivas del conjunto soviético. Por otro lado, jugadores de vasta experiencia como Oleg Shátov (Zenit), Vasili Berezutski (CSKA), Yuri Zhirkov (Zenit) o el arquero Ígor Akinféyev (CSKA) serán los pilares a la hora de encarar y gestionar las situaciones de presión que vivirá el plantel, que va con mayor responsabilidad que a otros campeonatos por el hecho de ser local. Se espera una selección rusa dura, muy comprometida por lo que significa la localía, con intenciones de mostrarse al mundo como una selección competitiva y siendo el rival más duro que tendrá el combinado celeste.

Egipto es el último subcampeón de la Copa Africana de Naciones. El conjunto africano llega al mundial tras clasificarse en el último partido de las eliminatorias, imponiéndose por 2 a 1, con un gol de penal en el último instante de partido. Sus dos grandes figuras y esperanzas para la copa son el centrocampista del Arsenal de Inglaterra, Mohamed Elneny y el delantero del Liverpool del mismo país, Mohamed Salah, uno de los extremos más rápidos del mundo, que se encuentra en el mejor momento de su carrera y sobre él recae toda la responsabilidad ofensiva de Los Faraones. Un equipo que tiende a defenderse y salir rápidamente al contraataque, aprovechando la velocidad de Salah, puede generarle muchas dificultades a cualquier rival. Su director técnico es Héctor Cúper, argentino y con una gran trayectoria al máximo nivel mundial, además es gran conocedor del estilo de juego uruguayo, lo que puede derivar en un mejor planteamiento a la hora de enfrentar al conjunto charrúa.

Finalmente, Arabia Saudita, el equipo más débil del grupo. Con jugadores que en su mayoría militan en la liga local, los asiáticos tienen las esperanzas puestas en la velocidad de sus delanteros. Con la llegada de Juan Antonio Pizzi al banco, se renovaron las expectativas de alcanzar un nivel de juego que pueda permitirles competir pero la realidad es que se ve muy difícil que los Hijos del desierto puedan alcanzar la clasificación.

Un grupo fácil en los papeles, un grupo que la selección uruguaya debería superar sin mayores dificultades, permitiéndose pasar un mal rato únicamente con Rusia. La calidad individual del combinado charrúa está muy por encima de las otras selecciones, al igual que el funcionamiento colectivo ya que es una selección con un grupo que trabaja junto hace ya varios años. Todo lo que implique no clasificar en primer lugar y por tanto, evitar al primer clasificado del grupo de Portugal y España, sería poco para el panorama que se presenta. Pero a no confiarse porque todo lo aquí escrito es “en los papeles”, sin haber jugado y sin saber cómo llegará cada selección a junio de 2018. Todo amante del fútbol sabe que en este deporte las sorpresas están a la vuelta de la esquina, el fútbol de hoy es mucho más competitivo que el de años anteriores y cualquier selección en un buen día te puede amargar un torneo y también es bueno recordar que así como a Uruguay le tocó ser la sorpresa en aquel mundial de Brasil 1950, puede tranquilamente verse sorprendido en Rusia 2018.

 

Twitter: @agustindorce

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