Combate nulo entre Alcoyano y Atlético Baleares
Aulestia evitó en el tramo final que los tres puntos cayesen de lado alcoyanista, tras un partido espeso e impreciso por parte de ambos conjuntos.
Ni Alcoyano ni Atlético Baleares consiguieron mover el marcador de El Collao. El atasco local ante el repliegue balearico comportó una anodina primera mitad. El partido se animó más en el segundo acto y Aulestia, con tres meritorias intervenciones en el tramo final, evitó que los tres puntos se quedasen en casa.
En familia. El frío que acecha la zona y la media maratón popular que recorría las calles de Alcoy se tradujo en una pobre entrada en las gradas de El Collao. En contraste, en el césped se presuponía un duelo más bien caliente.
Cita clave para Alcoyano y Atlético Baleares. Los locales buscaban reengancharse a la lucha por los puestos altos de la clasificación. Y para ello debían ganar y convencer, con tal de dejar atrás las malas sensaciones acuñadas tras los duelos ante Peralada y Peña Deportiva. Por su parte, los visitantes, tras seis encuentros sin conocer la derrota, pretendían, en el estreno de Horacio Melgarejo en el banquillo, cumplir el dicho que reza que a entrenador nuevo, victoria segura.
Y el técnico argentino propuso un once renovado y ofensivo para su debut, con Óscar Rico, Kike López, Fullana y Gerard Oliva en el ataque. Las principales novedades en su alineación fueron los regresos de Óscar Rico y Aulestia, ambos desaparecidos de las titularidades desde la novena jornada, debido a decisiones técnicas del anterior entrenador, Armando de la Morena.
Los futbolistas del Atlético Baleares, que posee una gran plantilla y un elevado presupuesto, estaban motivados para convencer a su nuevo entrenador y conseguir un triunfo que diese fin a su mala dinámica.
Nula primera mitad
Tal vez fruto de ello, la primera posesión y el primer disparo cayeron de lado balear. Gerard Oliva intentó un lanzamiento potente que no encontró portería. Lo mismo le pasó acto seguido a Kilian, en la respuesta alcoyanista, eso sí, en una ocasión aislada puesto que al Deportivo le costaba combinar y adelantar líneas.
El Alcoyano se mostró impreciso en los compases iniciales del choque. No encontraba el último pase y las llegadas por las bandas terminaron en centros pasados que no acarrearon peligro alguno. El runrún apareció entre los escasos aficionados que poblaron las gradas. Y al Atlético Baleares, muy replegado y sin tomar excesivos riesgos, le valía con eso y con las continuas faltas que frenaban el ritmo para jugar con la ansiedad local.
Sobrepasada ya la media hora, aunque el balón duraba más en las botas de los futbolistas del Alcoyano, el equipo de Galiana, desesperado en la banda, seguía sin profundidad ofensiva. Solamente cabe reseñar, en este tramo, un disparo de Barreda que salió muy desviado por la línea de banda opuesta. El público se debatía entre el enfado y la apatía ante un Alcoyano espeso, atascado e impreciso.
Anodino primer acto. Ninguno de los equipos probó al guardameta rival. El Alcoyano no encontró el último pase; el Atlético Baleares ni lo buscó. Se limitó a mantenerse cerrado atrás y dejar que el Alcoyano chocase contra su muro. Mucho debían cambiar las cosas en el descanso para que alguno de los dos equipos rompiese el 0-0 que campaba merecidamente en el marcador.
Mayor ritmo, mismas imprecisiones
En tres minutos de la segunda mitad ya se atisbó mayor caudal ofensivo que en todo el primer acto. El ex alcoyanista Kike López se plantó solo en el mano a mano ante Koke, pero el remate abajo y seco se encontró con la respuesta del portero malagueño en una parada más propia de balonmano que de fútbol. Así pues, la primera ocasión clara del partido llegó en el alba de la segunda mitad. Y cayó de lado visitante.
La respuesta del Alcoyano no se hizo esperar. López Silva cazó en rechace en la frontal del área. Su golpeo con pierna izquierda pegó en la espalda de un defensa, que desvió la trayectoria del balón y obligó a Aulestia a estirarse para mandar el balón a córner. A su salida, el remate en semifallo de Ribelles, no generó peligro.
En su estreno, Horacio Melgarejo no pudo completar el choque desde el banquillo, ya que fue expulsado cuando restaba media hora de partido como consecuencia de, a juicio arbitral, una ostensible protesta. Precisamente en este mismo instante, Galiana movió el banquillo para tratar de reactivar a los suyos en el tramo final del encuentro. Gato entró en sustitución de José García.
En sus botas la tuvo Kilian, en la que fue hasta el momento la oportunidad local más clara. Un buen centro desde la derecha de López Silva se paseó por el interior del área. Kilian apareció en el segundo palo para meter el pie, pero su remate se marchó alto, cuando Aulestia ya estaba vencido. Por parte visitante, un Koke muy seguro resolvía las aproximaciones de los balearicos.
Aulestia salvador
Mayor control local que no se tradujo en ocasiones de gol. Para darle dinamismo al último cuarto de hora del choque, Omgba entró al verde en el lugar que ocupaba Kilian. Gato desde la frontal probó fortuna con un disparo peligroso que atajó Aulestia en dos tiempos. La última bala en la recámara de Galiana, agradecida por el público, volvió a ser Mariano, que gozó de menos de diez minutos sobre el verde para compartir punta de ataque con David Torres.
Con más corazón que fútbol lo intentó el Alcoyano en los instantes finales del partido. Gato filtró un balón para Omgba, que se deshizo de dos rivales en el interior del área y envió un pase de la muerte al que no llegó por milímetros David Torres. Acto seguido, Aulestia evitó el gol blanquiazul tras un remate de Tomás Ruso. Ribelles, también sin éxito, lo intentó desde la frontal ya en tiempo de descuento.
El Atlético Baleares supo dormir los minutos de añadido y raspó un punto de El Collao. Dominio estéril de un Alcoyano que desespera a los suyos y deja escapar otra oportunidad de reengancharse a la lucha por las posiciones de privilegio. Sigue, sin pena ni gloria, deambulando por la zona media de la tabla. Por su parte, el Atlético Baleares suma su séptimo partido sin ganar y sigue coqueteando peligrosamente con la zona de descenso.
