Las dos primeras jugadas del partido sintetizaban lo que iba a ser, a grandes rasgos, esta primera mitad: gran jugada del Maccabi, logrando Jackson un tiro franco y perfecto tras una buena circulación del balón, y un triple del Valencia Basket, que sumaría 8 durante los primeros 20 minutos de partido con un porcentaje del 50%. Los dos técnicos mantuvieron durante los dos primeros cuartos la misma filosofía de juego, ya que a ambos les funcionó para lograr sus objetivos. Spahija rotaba de forma eficaz a sus jugadores sin por ello perder pegada en ataque, y Vidorreta movía un corto banquillo con altibajos en el juego dependiendo de quién estuviera en pista. Tibor Pleiss ha cogido durante los últimos partidos los galones del lesionado Dubljevic en la zona y su presencia coincide con los mejores minutos del Valencia, tanto en defensa como en ataque, donde ya se está convirtiendo en habitual su tiro desde 6 metros. Las circunstancias están motivando que Hlinasson, jugador todavía muy verde, tenga que asumir excesivos minutos en una competición tan exigente como la Euroliga y ante rivales de primer nivel. Pese a ello ya consigue aportar en ataque con eficaces bloqueos y una discreta suma de puntos, si bien todavía tendrá que mejorar mucho en defensa.
Como hemos dicho, idéntica dinámica en ambos cuartos. Al final del primero, el Maccabi lograba una ligera distancia merced a un par de despistes defensivos y una técnica a Txus Vidorreta. Paradójicamente, el final del segundo cuarto llegó con idénticas circunstancias, esta vez cambiando de actores, ya que Spahija recibía la técnica y sus jugadores el despiste, propiciando un 46-46 que dejaba las espadas en todo lo alto de cara a los últimos 20 minutos.
Empezó el tercer cuarto con los valencianos poco concentrados y sin lograr una buena selección de tiro, mientras el equipo israelita, comandado por unos acertadísimos Jackson y Thomas, endosaba un 11-2 que hizo que los taronja tuvieran que ir a remolque durante los siguientes minutos, sudando cada punto de desventaja que lograban acortar. El rodillo del Maccabi seguía funcionando, lento pero seguro. Mediante ataques muy versátiles combinando un gran tiro exterior, con unas internadas precisas cual bisturí de cirujano. Esta dinámica solo podía ser rota por un recuperado Erick Green, que apareció con sus jugadas de dibujo animado cuando al resto de compañeros se le nublaban las ideas, consiguiendo bajar la diferencia en el marcador hasta el 69-65 que marcaba el electrónico al final del tercer cuarto.
Los minutos finales fueron un sucesivo intercambio de canastas, en el cual se veía claro, que quien fallara un par de ataques consecutivos estaría destinado a perder este encuentro, cosa que le sucedió al Valencia, que a 2 minutos para el final perdía por segunda vez el balón en ataque, hecho al que sucedió un certero triple de Thomas que ponía a los locales 9 puntos por encima. Durante esos locos dos minutos se sucedían acciones de falta rápida, una falta antideportiva a San Emeterio, fallos en la línea de tiros libres y canastas logradas más con el corazón que con la cabeza. Quizá el Maccabi se vio ganador antes de tiempo, circunstancia que aprovechó Will Thomas con un gran mate y Van Rossom con un triple, que dejaba a los de Vidorreta a 3 puntos a falta de veinte segundos escasos. Aunque la pelota era para los locales, estos la regalaron antes de llegar a jugarla merced a los cinco segundos que tardaba Michael Roll en sacar de banda, dejando la última posesión al Valencia Basket, que no fue capaz de encestar para intentar llegar a la prórroga, acabando el partido en un 94-91, que deja a los valencianos con buenas sensaciones a pesar de las dificultades que se está encontrando en este inicio de temporada, pero hundidos en la clasificación de una cruel Euroliga, que no perdona ningún error ni mala racha.