El Coruxo vence a un Fabril falto de ideas

Con el agua un poco al cuello recibía el Coruxo la visita del Fabril, segundo en la clasificación. La urgencia viguesa se tradujo en un gran partido donde no solo plantó cara a uno de los mejores equipos de la competición, sino que lo anuló y lo venció. El Coruxo aprovechó un córner para adelantarse en el marcador y gracias a su garra y una gran defensa, evitó que el filial blanquiazul le diera la vuelta al encuentro.

Distintas necesidades, pero un mismo objetivo: la victoria. El derbi gallego empezaba con muchas imprecisiones y una lesión. Apenas se habían jugado cuatro minutos cuando Álex Arias recibía una dura entrada que lo obligaba a irse al vestuario mucho antes de lo previsto.

Ningún equipo llevaba las riendas del partido, el Fabril buscaba la posesión para crear con calma y cabeza, pero los jugadores de Rafa Sáez no le ponían las cosas fáciles. Los verdes se iban acercando al área rival con más frecuencia que los coruñeses. El primer aviso lo mandaba André, pero el sueco no conectó bien con el esférico y su remate no vio portería. Apenas habían transcurrido tres minutos de esa acción cuando Yebra batía a Álex Cobo y adelantaba al Coruxo. Pazó remataba y Yebra metía la cabeza lo necesario para introducir el esférico en la meta blanquiazul.

No contentos con ese primer gol los verdes siguieron buscando la portería de Cobo, mientras que el equipo de Munúa parecía no encontrar un hueco por el que hacer daño a la defensa local. Sin embargo, en el último minuto del primer tiempo Edu Expósito mandaba a la derecha de la portería viguesa la mejor ocasión del Fabril de empatar el partido.

Los primeros minutos del segundo tiempo dejaban ver los cambios en el juego, sobre todo los del Fabril. Los visitantes salieron más intensos y dejando de lado la idea de tener la posesión: jugaban un fútbol más directo y menos elaborado. El Coruxo parecía muy cómodo sobre el terreno de juego, no solo por ir delante en el marcador, sino también por el poco peligro que creaba su rival.

Pasaban los minutos y nada cambiaba en O Vao. Munúa movía el banquillo buscando frescura y reforzando el ataque, sabedor de que la mejor ocasión de su equipo en esta segunda mitad había sido un despeje de Pablo García que casi cuela en su propia portería. El Fabril notó en el momento la entrada de nuevos jugadores. Forzó una falta muy peligrosa, cerca del área local, pero Alberto detenía el lanzamiento.

A pesar de esa falta, poco más se supo del filial blanquiazul en ataque. Lo seguían intentando aunque sin nada de acierto. Los que sí conseguían crear peligro eran los jugadores del Rafa Sáez, que no volvieron a marcar por imprecisiones en el tiro final o por la anticipación de la defensa coruñesa.

Finalmente, tres puntos necesarios que se quedan en O Vao gracias a un gran partido, sobre todo en el aspecto defensivo, en el que logró secar el ataque del Fabril, al que le costó crear ocasiones claras de gol.