El Real Oviedo volvió a la senda del triunfo en el Carlos Tartiere. Y lo hizo, además, con la segunda puerta a cero de forma consecutiva. Al igual que en el Anxo Carro, los oviedistas tiraron de oficio y supieron sufrir para acabar cosechando tres puntos de suma importancia. Porque Zaragoza y Granada no habían ganado. Algo que se debía aprovechar para volver a meterse en playoff. Y el Oviedo no falló. Fue por la mínima, pero es un triunfo clave. Una victoria que, para Juan Antonio Anquela, «fue sufrida».
El técnico carbayón dejó claro en la rueda de prensa posterior al encuentro que «el discurso no va a cambiar ni una coma. Así me lo dice el fútbol. Hay que pelear, sufrir hasta el final. No nos podemos creer superiores a nadie. En Segunda hay mucha igualdad». Porque ahora mismo, son 12 los equipos que aspiran a ocupar las seis plazas que dan posibilidades de ascenso (dos directas y cuatro en playoff).
Anquela también resaltó lo difícil que se puede hacer jugar en este tipo de partidos. Por la importancia capital que tiene ganar básicamente. El Oviedo estuvo muy impreciso a lo largo del encuentro. Anquela explicó que esto se debe a «el miedo a ganar, que te hace tener imprecisiones. Tuvimos alguna contra para matar el partido, pero el rival era de cuidado. Lo hace a las mil maravillas y prueba de ello son las victorias que logró fuera de casa. Fue un partido complicadísimo, sabíamos lo que podía pasar. Tuvimos la fortuna de hacer un gol y nos quedamos los tres puntos».
Seguidamente, el preparador oviedista fue preguntado por el sistema. Segundo partido con cuatro, segundo triunfo y segunda portería a cero. Pero, pese a ello, Anquela pide ir más allá. «Yo quiero más porque podemos hacerlo. Hay una palabra: asociarse. Y eso todavía nos cuesta un poquito». Además, estos dos últimos triunfos han aupado al Oviedo a la zona noble de la tabla. Algo a lo que Anquela, dice, «no le hago caso. Solo sé que llevamos 56 puntos y que vamos a tener que seguir peleando hasta el final».
Por último, el jienense destacó esa ayuda de más que el equipo tiene cuando juega en el Carlos Tartiere. «Siempre funciona. Nos lleva ayudando todo el año, pero sólo pensamos en el siguiente partido y en seguir sumando. Para no sufrir tanto tenemos que meter goles y ser mejores cada día, ya que no somos superiores a ningún equipo», concluyó.
El 1×1 del Oviedo ante el Nástic
- Alfonso Herrero. El Nástic no inquietó demasiado, pero transmitió mucha seguridad en cada acción en la que tuvo que intervenir. Sacó un pie clave en la primera mitad para evitar el 0-1.
- Cotugno. El cambio de sistema le ha beneficiado. Con menos responsabilidad en ataque, el lateral volvió a solventar a la perfecció su papeleta en defensa.
- Carlos Hernández. Le tocó bailar junto a Álvaro Vázquez. Estuvo seguro y ganó todas las disputas y los balones aéreos. Muy bien en la marca.
- Forlín. Uno de sus mejores partidos con la elástica azul. Hizo de escoba de Carlos en el caso de que este se zafase de Carlos. Cuando le tocó, cumplió a la perfección.
- Christian Fernández. Al igual que Cotugno, fue un diez defensivamente. En ataque se le vio menos.
- Folch. Impecable como siempre. Partido diez en el centro del campo. Jugó con criterio, dio equilibrio e hizo ese trabajo ‘sucio’ que muy pocos ven.
- Mariga. No tuvo su día. En la segunda mitad se vio muy superado, como el día del Lugo.
- Aarón Ñíguez. Se ofreció, la pidió y lo intentó, pero no tuvo su día. Impreciso en los controles. Apenas logró desequilibrar.
- Fabbrini. Otro partido para quitarse el sombrero. Es una de las mejores armas de este Oviedo en ataque. Una pena esos seis meses sin jugar.
- Saúl Berjón. El mejor. Marcó el gol de la victoria y dijo cómo y a qué ritmo se jugaría el partido. Imprevisible, desequilibrante y decisivo. Macó la diferencia una vez más.
- Toché. Incansable en la presión y muy solidario en defensa. Volvió a ser el asistente en el tanto de los suyos.
Los cambios
- Johannesson. Entró al campo para formar un doble lateral por la derecha. En los minutos que estuvo sobre el verde, intentó desequilibrar, aunque apenas tuvo opciones de pisar área.
- Mossa. Saltó al césped para hacer la misma función que Diegui, pero por la izquierda.
- Rocha. Entró en los minutos finales. Apenas intervino en el juego.
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