La sinfonía agridulce de Yamaha

Yamaha vuelve a estar al borde de otro año en blanco, salvo soluciones de última hora.

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Si miramos atrás, queda lejos la victoria de Valentino Rossi en el TT de Assen. Tan lejos como ser la última victoria de la marca de los diapasones hasta el momento. Lejos como la lucha por el título de pilotos y lejos por el de constructores. Yamaha ha sido relegada a ser el tercer equipo de la categoría, en un momento de igualdad donde no han sabido dar ese paso como sus competidores.

Las consecuencias han sido una situación desesperante para Yamaha, tanto es esto que la propia marca pidió perdón a sus pilotos de forma pública. Un año conocer la victoria y con resultados muy discretos, luchando muchas veces por pasar a la Q2; siendo a veces “buenos” dado que los pilotos delanteros cometen errores o simplemente hay caídas en la parte delantera.

Mismos discursos cada fin de semana y caras que lo dicen todo. Maverick Viñales se adaptaba y dominaba el inicio de 2017 a lomos de la M1; hoy no puede encontrar una puesta a punto que le ayude a dar ese paso adelante. Valentino Rossi siempre salva los muebles, pero esto para una marca que lucha por todo no es suficiente.

V. Rossi / motociclismo

Esto nos lleva a preguntarnos ¿qué le pasa a la M1? ¿A qué se debe este rendimiento? Si vemos los resultados de la temporada, Yamaha se mantiene en ese tercer equipo. Tanto Honda como Ducati han dado ese paso adelante y han condenado a Yamaha a quedarse fuera de la lucha por las victorias; y en el mejor de los casos, luchan por el podio.

Primero se señalaba a los neumáticos, al chasis, después al motor,.. una larga lista que al final ha llevado a encontrar un posible problema principal: la mala adaptación de la M1 a la centralita única. Sumando ya los problemas con el motor de esta temporada, del cual se quejaban ya en pretemporada, ha hecho que la marca nipona se esté tirando de los pelos.

Si se trata de la centralita, donde parece haber muchos problemas sobretodo para Viñales, hay margen para poder mejorar. Deben encontrar dónde están fallando y poder solucionarlo para dar ese paso adelante tan importante. Por otro lado si es el propulsor, no se puede hacer nada. Los motores están sellados y no se pueden modificar hasta final de temporada.

J. Lorenzo vs M. Márquez GP Austria ’18 / motorbikemag

A todos estos problemas se suma el mal ambiente que causa la falta de resultados y soluciones, Viñales prescinde de su técnico Ramón Focarda sin previo aviso. Sumando que han dejado escapar a pilotos como Johann Zarco o el retorno de Jorge Lorenzo; dejan a la marca con un vacío de futuro y una actual situación de crisis.

Entre problema y problema, las carreras pasan y la temporada cada vez ve más cerca su final. Un final que podría llevar a Yamaha a cosechar su tercer año sin subirse a lo más alto del podio. Ya pasó en 1997 y 2003; y salvo que exista un cambio grande esta temporada, 2018 sería otro año en blanco.

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