Empezó a rodar el balón en un García de la Mata con el aforo bastante completo y un Adarve muy bien plantado. En los primeros minutos el partido se presentó bastante igualado, los locales optaron por atacar mayoritariamente por la banda derecha, donde los centros de Souza abundaban. Por su parte, el Celta B trataba de aprovechar la velocidad de sus delanteros siempre que podía.
Llegaban ambos conjuntos al encuentro pegados en la clasificación, el Adarve solo sacaba una posición al Celta B. En cuanto a puntos la igualdad era máxima, ambos con 18 puntos y buscando una victoria que les alejara de puestos de descenso y les permitiría poder mirar a la zona alta de la clasificación. Esta igualdad se reflejó sobre el verde, aunque el Adarve estaba mejor plantado, lo cierto es que ninguno de los dos conjuntos inquietó la portería contraria con auténtico peligro.
Ni Iván ni Parra tuvieron que hacer ninguna estirada meritoria en la primera mitad del partido, y eso que el portero rojinegro fue padre apenas hace una semana, y dejó la anécdota del partido enseñando a su hija a la afición en los preámbulos del encuentro.
Así pues, llegaron al descanso en un partido en el que lo más reseñable fue el nuevo grupo de animación que se estrenaba en este partido, y es que en lo futbolístico todo se desarrolló en el centro del campo sin ocasiones destacables.
Ya empezada la segunda parte los ánimos se caldearon más de la cuenta a raíz de una falta pitada a favor del celta en la que jugadores y afición del Adarve consideraron que Alex, el 8 celtiña se había tirado. Desde este punto los presentes en el García de la Mata se volvieron excesivamente críticos con cada una de las decisiones arbitrales. Este empuje de la afición se vio reflejado en los consiguientes ataques del Adarve. insistencia no faltó, acierto si.
Finalizó el encuentro con el marcador a cero. Ambos equipos suman un nuevo punto y siguen manteniéndose en zona tranquila de la tabla.