El mercado de invierno empieza a agitarse y los clubes empiezan a mover sus fichas. Unos a soltar lastre y otros a buscar el salto de calidad necesario para cumplir con sus objetivos. Es el caso del surcoreano criado en la factoría del Valencia CF en Paterna y con visos de estrella en un futuro muy cercano, Kang in Lee. El fino estilista asiático está brillando con luz propia en el filial valencianista y en cada aparición con el primer equipo. La categoría de bronce se le ha quedado pequeña y busca un nuevo salto en su carrera.
Un zurdo con un futuro prometedor
La trayectoria de este mediapunta ha sido fulgurante desde que llegara a Valencia siendo un niño. Una trayectoria jalonada de éxitos y galardones individuales en los torneos más prestigiosos del fútbol internacional. En Toulon maravilló a todos con su depurada técnica y su visión de juego, aspectos a los que suma una buena definición y una buena implicación defensiva. Los lanzamientos a balón parado y las llegadas de segunda línea, tanto desde la posición de segunda punta como cuando lo hace desde una posición más cercana a la banda, son otras de sus principales características.
Asoma a la primera plantilla
Quemando una etapa más en su formación, el pasado verano hizo la pretemporada con el primer equipo, dejando más que destellos de su calidad y no desentonar entre los «mayores». Marcelino lo reclutó para entrenar con él y estuvo hasta última hora compartiendo entrenamientos y aprendizajes con la primera plantilla del club blanquinegro. Su descaro, su implicación y sus cualidades futbolísticas cautivaron al técnico asturiano que no ha dejado de contar con él siempre que ha tenido oportunidad. La primera eliminatoria copera la disputó casi íntegra contra el CD Ebro y solo sus lógicas limitaciones físicas le impidieron disfrutar de más minutos.
Silva al Eibar y Kang in Lee al Málaga
Todavía perdura en el Valencia el recuerdo el buen resultado que dio la cesión de David Jiménez Silva al equipo armero para completar su formación. Las características y las circunstancias son muy semblantes, incluso el carácter y tipo de juego de ambos equipos, Eibar de entonces y Málaga de ahora, pueden resultar similares. Desde la capital valenciana ya se frotan las manos con esta cesión y las posibilidades de crecimiento del joven oriental. En las manos de Muñiz está el cuajarlo y dejarlo en condiciones de desplegar todo su potencial en el futuro. Esfuerzo, sacrificio y competir en la segunda división serán sus próximos objetivos si acaba por desembarcar en la Rosaleda. Si el Málaga asciende de su mano, su capacidad de liderazgo también serán una prueba más de su brillante porvenir.