Partido de la décimo octava jornada que enfrentaba al Real Madrid Castilla con el Rápido de Bouzas. Ambos equipos llegaban al encuentro necesitados de puntos, el filial blanco para mantenerse en la lucha por el play-off de ascenso y el Bouzas para abandonar la última posición e ir acercándose al objetivo de la salvación.
Comenzó el partido de la forma más frenética posible, con el Rápido de Bouzas que aprovechaba un error de la defensa blanca para adelantarse en el marcador cuando no habíamos llegado ni a los dos minutos de partido.
Duro golpe para el Castilla que no se iba a conformar con menos de tres puntos, por lo que comenzó a atacar con una insistencia aún mayor de la que podían tener prevista los de José Manuel Díaz antes del pitido inicial.
El filial madridista tomó la decisión de articular sus ataques mediante un juego de toques constante, deleitando al público del Alfredo di Stéfano con una variedad de pases y paredes impresionantes. Por desgracia para los locales, la fortuna del gol no terminaba de llegar para los blancos.
Esto sumado a las decisiones arbitrales a la hora de señalar falta para uno u otro equipo fueron motivos más que suficientes para caldear el ánimo de unos aficionados a los que vimos levantarse de asiento en más de una ocasión.
Seguían apretando los locales con numerosas llegadas al área, alguna más clara que otra, como la que tuvo Dani Gómez en el minuto 35, que de no ser por una magistral intervención de Brais, portero del Bouzas, habría supuesto el gol del empate.
Así llegamos al descanso; pasaban los minutos y el gol del empate no llegaba, lo que hacía crecer la desesperación entre los hombres de José Manuel Díaz, que en varias jugadas despreocupaban en exceso el aspecto defensivo, centrándose únicamente en batir la portería rival.
Tras los 15 minutos reglamentarios llegamos a la segunda parte, que nos dejó en el primer cuarto de hora una ocasión clara para cada equipo. El Castilla avisaba con una falta desde la frontal que era repelida por el portero, mientras que el Bouzas casi aprovechaba una contra para aumentar la distancia en el marcador; con la defensa ya vencida Luca tuvo que realizar una muy buena estirada para evitar que esa situación se diera.
Como dice el refrán: el que la sigue la consigue, y de tanto seguirla por fin conseguiría el filial el ansiado gol, que llegaría tras una nueva falta en la frontal del área botada por Martín. Ya le había negado el gol el portero del Bouzas en el anterior lanzamiento y esta vez no ba a ser así. Zapatazo directo a la escuadra y a por la victoria.
No pasaron ni cinco minutos desde el gol cuando De Frutos estrelló el balón en el larguero tras un buen centro lateral de Fran García. Brais también evitaría el gol de Dani Gómez en el 72. No sería así la siguiente ocasión, en la que lograría batir al portero rival, que poco pudo hacer ante el potente disparo del delantero.
Los últimos compases del partido transcurrieron con bastante tranquilidad en comparación con lo que había sido hasta el momento el encuentro. Finalmente el árbitro pitaría y señalaría el túnel de vestuarios, terminando así el partido con una nueva victoria madridista, aunque más sufrida de lo esperado.