El Valencia Basket se había complicado su clasificación para la fase final de la Copa del Rey con su derrota ante el Divina Seguros Joventut. Un nuevo tropiezo convertiría la última jornada en una auténtica final para los taronja. Por su parte, los canarios venían recuperándose poco a poco de un mal comienzo liguero, pero la doble jornada de Euroliga de esta semana fue una losa en los minutos decisivos del match.
Una primera parte igualada
Los primeros minutos del partido marcarían la tendencia del partido. Dubljevic y Will Thomas insistían en el juego interior siendo superiores a los pivots rivales. El juego exterior insular mantenía vivos a los canarios en el partido y las pérdidas valencianas les daban aire al final del cuarto. Cada equipo había usado sus armas y la igualdad seguía siendo la nota dominante y lo que reflejaba el luminoso. A cada tirón de un equipo, respondía el rival con una racha similar.
La entrada, ya iniciado el segundo parcial, de Labeyrie y su energía defensiva, tapón estratosférico incluido, enchufó a una grada un tanto dormida y dio alas a su equipo que pareció romper el partido conforme se acercaba al descanso con un parcial de 12-0. Nada más lejos de la realidad. Dos triples en el último minuto dejaron el marcador en tablas. La dirección y el acierto de Oliver por parte canaria eran el principal argumento para agarrarse a la contienda.
El cansancio canario y el juego interior valenciano, las claves.
El equipo visitante venía con el cansancio acumulado de la Euroliga y también con la lección aprendida de no perder un partido que había competido bien los dos primeros cuartos. Con esa intención, intensificó la defensa el conjunto vestido de azul pero lo pagó con una acumulación de faltas en el juego interior. Con los dos 5 en el banquillo, la presencia de Dubljevic se antojaba decisiva y así fue. No solo él, sino también Guillem Vives recuperó protagonismo ofensivo para el enésimo estirón de un equipo en la tarde de hoy. Pero como ya ocurriera en los parciales precedentes, los de Gran Canaria reaccionaron y dejaron el marcador apretado para el cuarto final.
10 minutos y todo por decidir. La Copa para unos, salir de abajo para otros. El recuerdo del playoff de la temporada anterior planeó por la Fonteta pero esta vez el equipo no se dejó remontar y el estirón de este cuarto fue imposible de recuperar para un Herbalife agotado física y mentalmente. Los de Víctor García se veían incapaces de devolver los golpes de la pareja interior taronja y Van Rossom sentenció virtualmente el encuentro con un triple (64-75). Hasta el final del partido fue un querer y no poder de los visitantes ante unos locales que se tomaron debida revancha de citado playoff, dejando su clasificación para la Copa del Rey casi sentenciada.
Foto destacada vía: valenciabasket.com
@VicentSarrion