Zaniolo alumbra el camino de la Roma y Casillas le da esperanzas al Porto

El joven de 19 años marca un doblete vital para la Roma, y la fortuna combinada con otra gran actuación del mítico Iker Casillas le dan posibilidades para la vuelta al inoperante campeón portugués

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Algo que los mayores críticos del futbol señalan con mayor vehemencia del deporte más popular del mundo, con el fin de demeritar su valor, es el papel principal que muchas veces desempeña la suerte para favorecer a los malos en detrimento de los buenos. Hoy, con un gol tocado por la diosa Fortuna, el Porto salió vivo de Roma y dejó con un sabor amargo a los giallorossi, que estuvieron a nada de tocar el cielo con dos tantos del muy prometedor Nicolò Zaniolo. El legendario Casillas también tuvo un rol esencial para que el Porto pueda seguir soñando en la Champions.

La primera mitad fue un duelo entre dos equipos inoperantes, con su potencial amarrado por distintas razones. La Roma llegaba al juego con la expectativa de revivir las mejores noches que ha vivido bajo el mando de Eusebio di Francesco, pero se mostró como un equipo confundido que mordía más que el Porto pero que no se encontraba cómodo atacando. El Porto de Conceição simplemente se paró frente a la Roma siendo un manojo de nervios, un equipo que parecía indigno de los octavos de final de un torneo como la Champions. Sólo un disparo al palo, que sacó de la chistera Edin Dzeko, le dio un mínimo de sazón al insípido platillo que resultó ser el primer tiempo.

Lo que sucedía dentro del terreno de juego tenía dormida a la afición de la Roma, aquella que ha logrado conmover a propios y extraños en los últimos años con el funeral en vida de Totti, cuando este se retiró, y con la mágica remontada que le propinó su equipo al Barcelona la temporada pasada. El segundo tiempo, afortunadamente, hizo despertar a todos de su letargo, incluyendo a los jugadores de ambas escuadras.

Los primeros minutos de la segunda mitad auguraban más posesiones estériles y más inoperancia hasta que un manotazo de Casillas, ante un potente disparo de Cristante, despertó a su equipo y a los romanos. Al 57’, en lo que parecía un simple tiro de esquina más, la cabeza de Danilo sobresalió de la marabunta que se había formado en el área romana, para ponerle los pelos de punta a los asistentes al Olímpico de Roma, que suspiraron al ver que su meta aún no había sido perforada. Un fuerte disparo de Pellegrini al 66’, que Casillas detuvo en dos tiempos, era otro de los anuncios de las idas y vueltas que estaban por venir.

Diez minutos de locura convirtieron a un Roma-Porto, que parecía un partido de Europa League en uno digno de la mejor competición de clubes del mundo.  El que será la foto de las portadas de los periódicos deportivos italianos el día de mañana, fue el muy joven Nicolò Zaniolo. El talento de 19 años, que hoy se convertía en el primer jugador italiano nacido después de 1997 en ser titular en una segunda fase de Champions League, tuvo el temple para definir de manera providencial una asistencia de Dzeko dentro del área de los dragones, y así estrenarse como goleador en la Champions.

Tan sólo habían pasado cinco minutos del primer batacazo cuando un contraataque de manual de la ofensiva romana terminó en los pies de Dzeko, que estrelló el balón en el palo, pero que el rebote cayó en los seguros pies de Zaniolo, que se convirtió en el italiano más joven en hacer un doblete desde que esta competición se rebautizó como Champions League.  Un partido trabado, de repente se había convertido en un juego de ensueño para una Roma que, históricamente, suele quebrarse en las estancias definitivas de la Champions. El encanto acabaría por romperse.

El Porto, que estaba en la lona y por tirar la toalla, revivió gracias a la ayuda de la casualidad. Tiquinho, que debía definir un disparo fuera del área, le pegó de forma grosera al balón, un remate esperpéntico que se convirtió en una asistencia de oro para Adrían López; el español no titubeó y marcó el gol de la esperanza para los dragones, que deberán mejorar mucho si no quieren llenar de lágrimas el Estadio do Dragão en el partido de vuelta. Minutos después, con la Roma volcada al frente, un contraataque del Porto casi le regala un inmerecido empate a los de Conceição, cuando Héctor Herrera mandó unos de sus característicos disparos de fuera del área a un costado de la portería del veteranísimo Antonio Mirante, que tuvo reemplazar a un lesionado Robin Olsen.

En los últimos instantes del partido, cuando comenzaban a cerrarse las cajas, Casillas le dio un vida extra a los dragones cuando detuvo, con la cara, un disparo seco de Kolarov que habría complicado mucho más la eliminatoria para el Porto. Tras un partido muy pobre, los dragones salieron vivos de Italia en un torneo que suele ser implacable con aquellos que erran demasiado.  Afortunadamente hay vida para ambas escuadras, y la segunda parte de la historia se escribirá en el césped del mítico Estadio do Dragão, donde la Champions nunca decepciona.

@Ricardoguajiro

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