El partido entre Las Palmas y Elche daba comienzo con un Elche que parecía querer el control de la pelota para controlar desde la posesión llevando así la primera ocasión a la portería de Raúl Fernandez, que la detendría sin problemas. Una ocasión que, si bien no llevaría peligro, daría testigo, junto a algunas otras, de la presencia visitante en área rival.
Mas allá de eso, la primera mitad transcurrió con algunas faltas pero sin más ocasiones que la del propio Josán o el de Javi Flores, sin peligro ambos pero con control franjiverde. La única ocasión insular llegaría al filo del descanso por Rafa Mir, pero Edgar Badía rechazaría atento.
En la reanudación del encuentro comenzaría activarse Rafa Mir para poner en el peligro la portería de Badía, siendo este prácticamente el único que creaba ocasiones para la UD Las Palmas pero ninguna de ellas pudo hacer una diferencia en el marcador de un partido cuya norma era el control y la posesión franjiverde.
Este control se acabaría traduciendo finalmente en golazo de fútbol sala pisando la pelota, regateando al portero de zurda y rematando de diestra, que se inventa Carlos Castro para estrenar su casillero como goleador ilicitano. El tanto sería la la forma de los visitantes para declinar una balanza que más allá del control, estaba más bien igualado para ambos conjuntos y que a la postre supondrían 3 puntos de oro para el Elche y en el caso de Las Palmas, una derrota que podría marcar la diferencia entre aspirar a play-off o luchar por descenso.