Un empate de locura
Después de conseguir empatar dos veces una desventaja, el Córdoba saca un empate que no le vale de mucho frente a un Oviedo que le sabe a muy poco este punto en su lucha por el ascenso.
Los asturianos no quieren perder de vista los puestos de ascenso y la oportunidad de recibir a un Córdoba CF ya casi sentenciado era perfecta para seguir en esa lucha. Por su parte, los blanquiverdes visitaban el Tartiere en busca de una machada que los vuelva a meter en la pelea.
Los asturianos arrollan al Córdoba
Los fallos defensivos del conjunto de Navarro han sido la tónica normal durante toda la temporada y el comienzo del encuentro demostraría que esto no ha terminado. Con algo más de un minuto transcurridos, Ibra se iba a encontrar un regalo dentro del área. Menéndez dejaba un balón en boca de gol con su portero vencido para que el delantero marcara el primer tanto, aprovechando el enésimo error de esta temporada.
Parecía que nada funcionaba en las filas cordobesistas, ya que no había dado tiempo a llevar acabo la estrategia planeada, pero no por ello iban a echarse atrás los andaluces. El problema es que sus ganas de subir la presión crearía espacios como para que Berjón marcara el segundo tanto a los nueve minutos de juego, con un gran toque desde la frontal a pase de Ibra.
Piovaccari despierta a los blanquiverdes
A pesar de todo, el Córdoba no se echó atrás. La necesidad de tres puntos hacía que los blanquiverdes se echaran arriba y comenzaran a dominar en el juego, pero las pocas subidas del Oviedo seguían siendo un peligro para los andaluces ya que la defensa no conseguía cubrir a los arietes azulones y Lavín veía como el tercero podía caer en cualquier momento.
La entrada de Piovaccari por Jaime Romero traería la revolución a los andaluces arriba. El ímpetu que suele meter el veterano italiano a cada balón saldría pronto a la luz y las primeras ocasiones de peligro visitantes llegarían a la portería de Champagne, hasta que un gran zurdazo de Piovaccari pondría el primer tanto blanquiverde en el marcador.
El partido parecía estar cambiando y a punto habría estado de plasmarse por completo antes del descanso. Un buen balón a la espalda de la defensa asturiana llegaría de nuevo al 9 italiano, quien con un gran pase hacia atrás dejaba a Andrés Martín solo para marcar el segundo tanto, pero esta vez Champagne estaría listo para evitar el segundo tanto.
La búsqueda del gol
La reanudación del encuentro dejaría una imagen para el disfrute del aficionado. Ambos conjuntos salían con todo lo que tenían ofensivamente y dejarían una ocasión para ambos bandos que podían haber cambiado el encuentro por completo.
Cada minuto que iba pasando traía un punto más de intensidad sobre el césped y esto podía estar complicándole su trabajo a Arcediano Monescillo. Una caída de Ibra dentro del área podía haber supuesto un penalti para los suyos y la sentencia para el Córdoba, pero el colegiado entendió que no fue suficiente el contacto con la zaga blanquiverde.
Parecía que los asturianos estaban asumiendo más el control por minutos pero la ofensiva andaluza iba a traer finalmente el empate. En un saque de falta de Menéndez, tras varios toques de algunos jugadores cordobesistas, llegaría la oportunidad para Alfaro quien se encontraba el esférico en el uno contra uno y sabría salvar a Champagne.
Joselu y Andrés dan una de cal y otra de arena
El empate no le servía a ningún equipo y esto no haría otra cosa que aumentar toda la intensidad que ya de por sí estaba teniendo el partido. Todo esto llevaría a la peor pérdida que podían sufrir los blanquiverdes, ya que en una carrera por el esférico, Piovaccari acabaría sufriendo una lesión muscular en la parte anterior de su muslo, dejando a los suyos sin el actor principal del equipo.
Anquela había puesto precisamente a todos sus arietes en el terreno de juego y sería uno de ellos quien le daría los tres puntos. Los azulones se habían echado arriba y las ocasiones llegaban constantemente pero el gol llegaría desde un balón parado. Caía Ibra en la media luna del área dejando una ocasión perfecta para Joselu , quien decidía asumir los galones para tirar una falta crucial para los suyos. Con un toque sutil y de calidad, pondría un balón imposible para Lavín quien veía como su estirada no era suficiente y no podía evitar el tercer tanto anotado por un antiguo cordobesista.
El problema es que Joselu y Anquela no se esperaban el gol que iba a marcar Andrés Martín. Tras tener el empate en sus botas Alfaro, el saque de esquina que derivaría de este tiro llevaría a una gran volea del joven delantero blanquiverde, quien pondría el esférico en el fondo de la portería callando a todo el estadio y haciendo saltar al único aficionado andaluz que estaba en la grada del Tartiere. Finalmente un empate que no beneficia a ninguno de los dos equipos pero que sirve para sumar un punto más en su casillero.
