El Arcángel sería la sede de un encuentro donde ambos conjuntos luchan por la supervivencia. El Córdoba CF, más descendido que ningún otro equipo, quería lavar la cara en estas últimas jornadas frente a un Real Zaragoza que tiene el descenso a cuatro puntos y no quiere ver su permanencia comprometida en las últimas jornadas.
Un partido sin sangre
A pesar del inicio tímido por ambas partes, las ganas de acallar los pitos de su afición hicieron que el Córdoba se echara arriba pronto. La primera ocasión llegaría con un remate de Bodiger a centro de Alfaro pero el pivote, quien parecía haberse adelantado unos metros para crear más peligro, se encontraba en fuera de juego.
El partido parecía estar dormido y ningún equipo realizaba ninguna jugada que hiciera hacer pensar lo contrario. Los maños empezarían a hacerse con algo del control del esférico pero parecía más por la propia disposición blanquiverde. De ahí saldría la única jugada con peligro de los primeros quince minutos, con un cabezazo de Andrés Martín que se estrellaría en el larguero de Cristian Álvarez.
La calma y parsimonia se mantenía en el césped. Las indicaciones llegaban tanto por Fernández como por Navarro, pero sus jugadores no parecían encontrar un fútbol directo que hiciera temblar a su rival. El Zaragoza seguía siendo el dueño del esférico pero hasta la media hora de encuentro no llegaría la primera ocasión para este, aunque el tiro de Nieto se marcharía rozando el palo derecho de Lavín.
Los maños activan el partido
Las ocasiones más claras estaban siendo para los cordobesistas pero los maños querían salir a ganar y eso se notaría nada más empezar el encuentro. Habían pasado cinco minutos cuando un error de entrega dejaba a Gual solo ante Lavín, quien vería cómo le pasaba el ariete del Zaragoza para poner el primer tanto en el marcador.
Este tanto visitante no haría otra cosa que activar la parte ofensiva blanquiverde, al menos a Andrés Martín, quien empezaría a buscar el tanto local con más insistencia haciendo un fútbol más vertical y directo. El equipo de Navarro empezaba a acercarse cada vez con más peligro y, sobre todo, con más insistencia, por lo que todo hacía indicar que el segundo tanto del partido podía llegar pronto.
Pero lo que parecía que podía ser el inicio de una remontada quedaría en una mera anécdota ya que el Córdoba comenzaría a desinflarse poco a poco de nuevo. Por momentos parecía estar más cerca el segundo tanto del Zaragoza que el primero de los blanquiverdes.
Gual remata el partido
Los errores constantes atrás entre los defensas cordobesistas darían pie al segundo tanto que condenaría a su equipo. Una nueva contra y el mal balance defensivo dejarían a Gual y Chus Herrero solos, en un lance que el zaguero no sabría defender y el jugador maño aprovecharía para sumar otro gol a su casillero personal.
El extremo de Badalona sabía que era su noche y se iba a aprovechar de una defensa pobre. Daba igual quien tuviera delante o con que pie tuviera que rematar, ya que cuatro minutos más tarde conseguiría sumar su hattrick particular, hundiendo por completo al Córdoba CF y dándole a la afición local una nueva excusa más para recriminar a su plantilla y directiva la temporada que han llevado acabo.
Los últimos minutos se desarrollarían con las gradas más vacías de lo que ya estaban al inicio del encuentro y con un partido de idas y venidas donde cualquiera podía marcar otro tanto más. A fin de cuentas, el resultado estaba claro y los tres puntos se los llevaría un Zaragoza que supo aprovechar sus ocasiones en un partido pobre de fútbol que ha terminado enfrentando todavía más a la afición cordobesista con el Córdoba CF.