El himno de la máxima competición europea de clubes volverá a rugir en Mestalla por segundo año consecutivo. Un gol de Soler y otro de Rodrigo, en dos errores garrafales de los locales sentenciaron la Champions en favor de los de Marcelino, que van a volver a jugar contra los mejores equipos del viejo continente un año más. El sufrimiento está presente en el ADN de cualquier valencianista, y el año del Centenario no iba a ser menos. Un auténtico subidón a un proyecto económico y deportivo al alza.
Dos contextos opuestos
Fiesta blanquivioleta en el José Zorrilla. Tranquilidad y festejos de los locales. La permanencia era un hecho, después de tanto sufrimiento era la hora de disfrutar un partido sin la presión de ver cómo iban los resultados rivales. Enfrente, el Valencia en el partido más importante de la temporada. Unos 50 millones de euros y un proyecto en juego durante 90 minutos. Una victoria, la gloria de la Champions. Un tropiezo, un paso atrás en el proyecto valencianista.
En Valladolid con un ojo en Getafe
Que el Valencia no lo iba a tener fácil parecía claro, pero el Valladolid se encargó de recordarlo en las primeras jugadas del choque, con un equipo adelantado y jugando en campo visitante. una peligrosa falta y un disparo de Toni Villa al palo en el primer cuarto de hora.
Gol en Getafe. Portillo adelantaba a los de Bordalás y se colocaban cuartos. El Valencia, obligado a ganar. Habían dudas en los de Marcelino, porque se habían tenido ocasiones pero el partido de los visitantes no era bueno, los nervios estaban presentes y la presión se empezaba a notar. Sin embargo, un grave error en la salida de balón de Kiko Olivas lo recogió Rodrigo, que jugó para Mina y este, la cedió para que Soler empujara a la red. 0-1 y el Valencia volvía a ser de Champions. Minutos más tarde, empataría Iborra en el Coliseum, las cosas empezaban a salir para el Valencia.
Sentencia de Champions
Nada más arrancar la segunda mitad, el Valencia puso tierra de por medio en el electrónico. Otro error de los vallisoletanos. Un pase de Yoel hacia Alcaraz, con este de espaldas, provocó que Parejo robara y, en un mano a mano frente a Yoel, cedió el pase de la muerte a Rodrigo, que empujó a placer. La Champions viajaba hacia el mediterráneo y los valencianistas del José Zorrilla saltaban y cantaban en las gradas. A partir de entonces, todo fiesta y todo el mundo feliz. Cánticos, la ola, banderas al viento, etc. Unos en Champions y otros en Primera, logros mayúsculos tras la complicada temporada de ambos conjuntos.
Un reencuentro y un adiós
En el 58′ reapareció Kondogbia, demostrando que se apunta para la final de Copa del Rey de la próxima semana. Trabajando día y noche con la final de Copa entre ceja y ceja, finalmente disputó unos minutos en el José Zorrilla para coger ritmo de competición. Destacado también, la cariñosa despedida de Borja Fernández, que cuelga las botas. Se marchó del campo en el 81′, besando el suelo de ‘su’ José Zorrilla y vitoreado, aplaudido y cantado por sus aficionados. Un bonito adiós, con el Valladolid en Primera.