Arranca la final más clásica de la ACB. Real Madrid y Barcelona miden sus fuerzas para decidir qué equipo añadirá un trofeo más a su vitrina. El WiZink Center, el primer pabellón en dictar sentencia en la gran final de la competición.
Sergio Llull abre brecha en el marcador
La final más esperada de los últimos años arrancaba en el WiZink Center con un canastón, un tapón y 3+1 de Anthony Randolph como antesala del espectáculo. Un 9-0 de salida del Real Madrid en tres minutos ponía por primera vez en jaque al Barcelona por primera vez en los playoffs. Mejoró el cuadro blaugrana hasta el 9-4 tras cinco minutos con algo más de claridad ofensiva.
El Real Madrid estaba muy motivado y metido en el partido. Facundo Campazzo, con siete puntos, hacía y deshacía a su gusto, y sólo la aportación de Ante Tomic evitaba que los blancos se marchasen en el marcador. Tuvo que entrar Thomas Heurtel en el partido para darle peligro al Barcelona, sacando faltas a un Jeff Taylor que no le seguía el ritmo. La tensión iba aumentando por minutos, con Sergio Llull carburando, y el marcador se acabó igualando al final de los diez primeros minutos gracias a la anotación de Adam Hanga. 22-17.
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El segundo cuarto prometía la misma emoción y dureza. Rudy Fernández calibró la muñeca y empezó a destapar el tarro de los triples, además de defender y robar balones, rebotear, sacar faltas… Se echó al Real Madrid a la espalda ante la poca claridad de ideas del Barcelona, muy centrado en individualidades de Thomas Heurtel y Ante Tomic. Bien acompañado por Sergio Llull, el WiZink Center se convirtió en una caldera. A cinco minutos del descanso, 36-23.
Ante Tomic gastaba muchos de los ataques del Barcelona sin hacer caja. Los blaugranas tenían problemas en ataque, y Svetislav Pesic no encontraba la solución. Además, los culés perdían la cabeza con el arbitraje, y eso no ayudaba nada. La presión alta del equipo catalán fue la mejor respuesta que pudieron plantear, obligando incluso a Pablo Laso a pedir tiempo muerto. 47-32 tras una primera parte de infarto.
11 puntos ya para Llull.
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Y Facundo Campazzo certifica el 1-0
Salió el Barcelona mucho más agresivo en la defensa y en el ataque, convencido de poder revertir el marcador. Chris Singleton asumió la responsabilidad ofensiva en los primeros compases del segundo tiempo, mientras Svetislav Pesic metía a Adam Hanga a defender a Facundo Campazzo para que el base no pudiese respirar. La polémica arbitral tenía descontentos a ambos equipos, y la final seguía cogiendo más y más temperatura. 58-44 a falta de cinco minutos para el final del cuarto.
La defensa del Real Madrid posibilitaba que el marcador juguetease con el +20 (60-44 a falta de tres minutos). Ambos equipos tenían asumido que el que mejor defendiese se apuntaría el primer tanto en la eliminatoria. Un buen parcial del Barcelona sumando de tres puntos acercó la diferencia hasta el 63-52, como premonición de una última batalla a vida o muerte.
.@waltertavares22, como si jugara contra niños.
¡Qué matazo! ¡Qué superioridad!#PlayoffLigaEndesa
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El Real Madrid no tenía nada hecho. Sin Ante Tomic, el Barcelona mostró su mejor versión, con un Pierre Oriola que sumaba en todos los lados del campo. Aún así seguían apareciendo protagonistas en el equipo de Pablo Laso. Jeff Taylor se vistió de anotador para volver a poner la renta encima de los diez puntos, y Fabien Causeur los acercó a los 20 (71-54 a falta de 7:17). 74-61 en el marcador del WiZink Center a falta de cinco minutos de partido.
El partido, a pesar de manejarse en diez puntos, daba la sensación de romperse en un lado u otro y finiquitar el 1-0 o culminar la remontada. Finalmente llegaría la primera opción. La cabeza de los jugadores del Real Madrid supo imponerse a la necesidad del Barcelona. El 1-0 se lo apunta el equipo de Pablo Laso, mejor en facetas generales sobre el parqué del WiZink Center.