Llegó la gran final del Mundial de China 2019. Tras un largo camino que comenzó en julio para ambas selecciones, España y Argentina medirán sus fuerzas para decidir qué país es el mejor del mundo. Ambos equipos, a la puerta del oro tras deshacerse de Australia y Francia en semifinales.
La imperial defensa de España sale a la luz
Salió mejor al partido España. Si bien en todo el Mundial de China 2019, la Selección española no sabía arrancar los encuentros, la final era un plato especial. Un 0-7 de salida marcaba el camino con un gran Ricky Rubio. La defensa española secaba a los Facundo Campazzo y Luis Scola, y sin ellos en juego, poco podía resolver el combinado de Sergio Hernández. Por ende, los hombres de Sergio Scariolo estiraban el marcador hasta el +10 con el 2-12 en tres minutos.
Muchos problemas tenía Argentina. Sólo Nicolás Brussino parecía saber atacar a España, y sumado a unas buenas defensas, se volvió a meter la Selección argentina en el encuentro con el 10-14 tras un 8-0 de parcial. Sergio Scariolo tenía que dar nuevas órdenes a sus jugadores para derribar la defensa de la albiceleste. Las rotaciones volvieron el partido más duro y defensivo, y los hombres de Sergio Hernández comenzaron a correr el contragolpe, haciendo daño Gabriel Deck. Con el final del aluvión, la Selección española se llevó el primer cuarto con el 14-23.
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La entrega en defensa de España era la gran protagonista de la final. Argentina salió al segundo cuarto con la misión entre ceja y ceja de igualar esa intensidad, y lo consiguió. La Selección española empezó a sufrir más en ataque, y debían cuidar la renta obtenida. Pero con lo que no contaba la Selección argentina es que Rudy Fernández iba a estar pletórico lanzando de tres puntos. Exigió la mejor versión de un Nicolás Laprovittola que se echó a su equipo a la espalda. A cinco minutos del final, el 21-35 ondeaba en el marcador.
La nueva intensidad de Argentina abría un nuevo partido. Más duros, más rápidos, corriendo el contraataque, metiendo manos… España, que no se encontraba en ataque con la misma facilidad y dependiendo mucho de puntos ocasionales de Rudy Fernández, veía como la ventaja bajaba de los diez puntos con el 27-35. Muy tapado el trabajo de Pierre Orila, secando a Luis Scola, y siendo capaz de anotar. Sergio Scariolo rotó el equipo en los últimos minutos de la primera parte, lo cual valió para irse al vestuario con el 31-43 en el Wukesong Sport Arena.
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España aguantó el tirón de Argentina
Tenía Argentina la difícil misión de remontar un partido a una España se había colado en la final mayormente por la defensa. Sergio Hernández intentó cambiar la dinámica de su equipo con la entrada de tres bajitos en el exterior en relación al quinteto inicial, con Luca Vildoza en pista. El gran trabajo atrás y en el cierre del rebote conseguía que la Selección española dispusiese de ventajas superiores a los diez puntos mientras pasaban los minutos y la Selección argentina no daba con la tecla. La aparición en el partido de Marc Gasol en ataque ponía tras cinco minutos de juego el marcador coqueteando con el +20, 39-55.
Con Argentina en bonus, España fue inteligente y empezó a sumar desde el tiro libre. Además, las rotaciones de ambos equipos funcionaban más en el lado de la Selección española que en el de la Selección argentina. Los hombres de Sergio Scariolo coqueteaban con los 20 puntos de renta en el intercambio constante de canastas que iban cayendo según transcurría el cuarto. Sergio Hernández probó con una defensa zonal ante la incapacidad de dar la vuelta a la tortilla. Todos sumaban en el combinado nacional, y eso dejaba el marcador ante los últimos minutos del Mundial de China 2019 con el 47-66.
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Últimos diez minutos del Mundial de China 2019. Últimos minutos para que España y Argentina decidiesen quién se cuelga el ansiado oro. La Selección argentina se dejó todo en defensa, con continuos traps y ayudas, con presión muy arriba y metiendo manos. Así era la única manera que tenía en mente Sergio Hernández para revertir la situación. Esa entrega y corazón que tanto caracteriza a los argentinos bajaron el marcador a sólo 14 puntos (54-68) a siete minutos y medio para el final con Facundo Campazzo y Gabriel Deck como protagonistas. La Selección española no debía tener prisa y aguantar el empujón. A cinco minutos de acabar el partido, 66-78 con el alero del Real Madrid en ebullición.
La intensidad agresiva de Argentina cambió la dinámica del partido y del arbitraje. El carácter de unos jugadores que siempre ha sido guerrillero salió a la luz y dejaron claro que no se iban a ir sin luchar. Ambos equipos llegaron al bonus de falta pronto, por lo que gran parte del devenir de la final se decidiría desde la línea de tiro libre. Los minutos iban pasando, y la Selección argentina se quedaba sin tiempo.
Con tres minutos por jugarse, el marcador marcaba el 70-84. El trío formado por Gabriel Deck, Facundo Campazzo y Nicolás Laprovittola, marca Real Madrid, lideraban a Argentina, pero la solvencia de España mantenía en todo momento la renta por encima de los diez puntos. Pero precisamente un compañero de equipo dinamitó sus opciones. Sergio Llull se vistió de héroe. La Selección española volvía a colgarse el oro en un Mundial. En el año que nadie pensaba que lo iban a lograr, sin Pau Gasol, la roja volvía a levantarse campeón.