Oyarzabal dirige el monólogo txuri-urdin

La Real Sociedad recibía la visita de un Alavés en horas bajas en el que sería el segundo choque en el remodelado Anoeta, rebautizado desde ya como “Reale Seguros Stadium”.

A priori iba a ser un derbi vasco muy desigual, con una Real que llegada con la moral por las nubes después de haberse impuesto a Atlético de Madrid y Espanyol en sus dos últimos choques. Enfrente, un Alavés que no atravesaba su mejor momento y que llevaba sin conocer la victoria desde la primera jornada del campeonato.

Pitó el árbitro y los locales no tardaron en hacerse con el dominio de esférico, manejando la posesión a su antojo y marcando los tiempos del partido en todo momento. El Alavés mientras esperaba atrás su oportunidad de salir a la contra.

No tardaron los hombres de Imanol Alguacil en desarmar la defensa de los visitantes por mediación de una nueva genialidad de Odegaard: recibió el balón, se giró, tiró un caño y le metió un medido balón al hueco a Oyarzabal que tras sortear a Pacheco estrenó el marcador en el minuto 19.

Desde entonces, los locales terminaron por inhibir a su rival y ya solo había un equipo sobre el terreno de juego. Con la afición entregada y con los hombres de ataque del conjunto txuri-urdin gustándose, las ocasiones no paraban de llegar.

Fruto de esa insistencia William José sería capaz de ampliar la ventaja para su equipo tras un remate de cabeza a centro lateral de Oyarzabal desde la banda izquierda. Remataría la faena Oyarzabal en el 41 desde los 11 metros después de que Marín cortara con la mano un centro de Portu.

Estaba firmando un partido de 10 la Real Sociedad empujada por más de 28.000 espectadores que estaban convirtiendo el estadio en una auténtica olla a presión.

En la segunda parte ambos equipos pactaron la paz y dosificaron sustancialmente los esfuerzos al estar el partido visto para sentencia. La Real continuaba siendo quien dominaba la posesión, aunque el número de llegadas se redujo con respecto a la primera mitad.

Imanol aprovechó para introducir los cambios para darles descanso a los más habituales, además de la sustitución por precaución de William Jose, quien al final del descanso acabo sangrando tras recibir un duro manotazo.

Ya en la recta final del partido Portu pudo poner el 4 a 0 definitivo después de que Manu García cometiera un penalti que le supondría la expulsión, pero Pacheco le adivinó las intenciones a las mil maravillas y se lo atajó sin mayores dificultades.