El Sevilla vence sin grandes esfuerzos

El Sevilla superó al Apoel sin ningún tipo de complicación y sin arriesgar en exceso. La superioridad de los de Lopetegui provocó la conversión del partido en un monólogo sevillista, donde solo se pudo cantar el gol del 'Chicharito' Hernández.

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La capital andaluza estaba preparada para acoger el estreno del pentacampeón de la UEFA Europa League, en una apacible noche sevillana. Bajo un cielo oscuro, ausente de estrellas, con unas condiciones excepcionales para la práctica de este maravilloso deporte.

A las 21:00, con su silbato en mano, el colegiado holandés echó una última mirada a su reloj, para -con un atronador sonido- dar comienzo al encuentro. La grada, jadeante, hacía notar su presencia, su papel en este partido, como en su mayoría, iba a ser fundamental.

El equipo dirigido por Julen Lopetegui mostró su poderío e intenciones: dominar el partido desde el inicio. Y así fue. A pesar de las novedades en el once, los planes del equipo local no se vieron modificados. De tal modo que Jules Koundé avisaba en los primeros cinco minutos de encuentro. Jordán sacó en corto para Rony Lopes, este devolvía el esférico ofreciendo a su compañero una mejor posición para centrar. El balón no tomó gran altura y se paseó por todo el área, hasta que el central sevillista compactó con el cuero enviándolo a saque de puerta.

El dominio por parte de los locales incrementaba con el paso del tiempo, la incapacidad del Apoel por luchar la posesión del balón facilitaba largas posesiones del equipo hispalense. El Sevilla cocinaba a fuego lento, sin arriesgar, con Gudelj en constante vigilancia y facilitando a Jordán y al ‘mudo’ Vázquez grandes libertades. Por ello, en el minuto 17, cuando aún se rendía tributo a Antonio Puerta, el Pizjuán cantaba al unísono el gol del ‘Chicharito’ Hernández. Desde el costado diestro, con Rony Lopes, hasta la izquierda, donde Munir asistiría en -un tenso- pase diagonal para que el mexicano empujase el balón al fondo de la red. El cerebro e hilo conductor de esta jugada usa botas rosas, el dorsal ’22’ y nunca habla.

El tiempo seguía su transcurso habitual y nada cambiaba en el Sánchez Pizjuán; el Sevilla amasaba posesiones de larga duración sin generar excesivo peligro -tras el gol- en sus aproximaciones. El Apoel mantenía el bloque sin descomponerse, concediendo múltiples facilidades a los de Lopetegui para circular con el balón de banda a banda, pasando por la sala de máquinas. El equipo de Nicosia hizo a Bounou intervenir en un centro lejano en una falta lateral. Nada que pudiese inquietar al aficionada sevillista.

El Sevilla no se descomponía, conservó la concentración en todo momento, principalmente la pareja de centrales de hoy: Sergi Gómez y Koundé. Ambos zagueros imposibilitaron en todo momento cualquier intento de desplazamiento largo en dirección a Pavlovic y Suleiman. Ambos corrían y corrían sin ningún tipo de productividad ofensiva. Mermados en todo momento, sin posibilidad alguna de intervenir. El segundo tiempo concluyó, con un Joan Jordán dominando la fase de creación sevillista, con una soltura y libertad fascinante. Todo ello, gracias a la función de ancla de Gudelj, quien siempre salvaguardó las espaldas al ‘Mudo’ Vázquez, destinado a participar más cerca del área rival, descodificando el sistema defensivo planteado por Thomas Doll.

Los primeros cuarenta y cinco minuto ponían fin. El papel de aluminio, y sobre todo su contenido, pasaron a ser los protagonistas del entretiempo. Un Sevilla sobrio y dominador, aunque lento en tres cuartos de campo, cómodo y frente a un rival que le cedió el balón, espacio y tiempo para circular a lo ancho y largo del terreno de juego.

Los últimos cuarenta y cinco minutos daban comienzo, sin cambios en las alineaciones por parte de ambos equipos. Además, el acontecer del partido siguió sin verse variado por lo general. Bien es cierto que el Apoel parecía animarse, jugadores como Matic y Souza por fin manejaron -medianamente- el esférico en su haber. Pero, al igual que un espejismo, se diluyeron y volvieron a estar bajo el yugo del dominio sevillista. La figura de Gudelj emergió más, salió de ese trabajo sucio de contención y guarda espalda de Jordán y Vázquez para pisar más las proximidades rivales. Siempre bajo un ‘roll’ de recuperador o dando el pase de seguridad.

El Sevilla fue progresando en la insistencia de su presión en campo rival, asfixiando e invalidando todo intento de salir con el balón jugado del Apoel. Al acumular el mayor número de jugadores en el campo de los de Thomas Doll, las recuperaciones de los de Lopetegui aunaban más peligro que en el primer tiempo. Las ocasiones se multiplicaban, aunque insuficientes para volver a batir a Belec, el portero esloveno, estaba despejando todo tipo de lanzamientos provenientes de jugadores con la camiseta blanca. Aunque, el ’14’ volvió a superarle en un gran lanzamiento cruzado al palo derecho que defendía el meta, sin embargo, en esta ocasión quien impidió el gol vestía de amarillo y tenía el banderín levantado.

El equipo de Nervión manejaba bien la posesión, encontrando fisuras en la defensa de tres centrales más dos carrileros del Apoel. La paciencia fue un factor fundamental para que -ante tanto cúmulo de jugadores- pudieran encontrar espacios claros cerca de las inmediaciones del portero visitante. La movilidad de los hombres del medio del campo, exceptuando al ancla serbia. Entró Banega desplazando al ‘Mudo’ al costado diestro, sin modificar las premisas iniciales y por supuesto sin afectar en el ritmo de la circulación del balón.

El final se acercaba y la fiesta seguía por todo lo alto, el monólogo sevillista iba llegando a su fin dejando al uno del marcador huérfano. Sin realizar grandes esfuerzos los de Lopetegui superaron al Apoel que sucumbió a la guadaña del pentacampeón, al rey de la competición. Sin embargo, fue un partido con muchas luces y sombras, la superioridad fue pasmosa y palpable en todo el encuentro. Las sombras nacen de un marcador muy pobre, un equipo que generó en exceso pero sin un peligro apabullante. Dominó plácidamente el encuentro de inicio hasta el final y nunca se vio en grandes apuros. Un partido sobrio en defensa, controlador en la medular y frío en ataque.

Ficha técnica
Sevilla FC: Bounou: Escudero; Koundé; Sergi Gómez; Pozo: Vázquez; Gudelj; Jordán: Munir (Bryan Gil min. 60); Chicharito (Dabbur, min. 79); Rony Lopes (Banega, min. 72).
Apoel FC: Belec: Savic; Merkis: Ioannou: Jakolis; Souza; Gentsoglou (Efrem, min. 79); Matic; Mihajlovic: Pavlovic (Hallenius, min. 66); Suleiman (Aloneftis, min. 84).
Goles: 1-0: Chicharito, min. 17
Árbitro: Bas Nijhuis. Holanda Amonestados en el minuto 65 a Jakolis por el Apoel FC.
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos de la Europa League disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán, a las 21:00 ante 30.008 espectadores.

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