La insistencia tuvo su premio
El Córdoba CF consiguió ganar al filial cadista tras un asedio constante a su portería, siendo Miguel de las Cuevas el autor del tanto en el descuento.
Un nuevo encuentro entre el conjunto blanquiverde y un filial andaluz se iba a celebrar, aunque en esta ocasión sería en el estadio de los cordobeses. La derrota ante el Sevilla Atlético dolió en la plantilla de Enrique Martín y la vuelta al Arcángel debía suponer volver a la senda de la victoria. Por su parte, los jugadores de Juan Manuel Pavón querían alejarse de la zona baja lo antes posible, por lo que se iba a esperar una dura batalla sobre el césped.
Un inicio muy intenso
Desde un comienzo, la posesión del esférico sería para el Córdoba. El cambio de sistema parecía darle más presencia en el centro del campo y estaba obligando a los cadistas a jugar con balones largos en sus primeros intentos por llegar a la portería de Becerra.
El juego se iba intensificando y en una de las jugadas más claras para el filial del Cádiz llegaría el susto para los locales. Un fuerte choque dejaba a Becerra tumbado y hacía saltar a Edu Frías a calentar. Todo parecía estar bien finalmente, pero esa jugada demostraba que ambos conjuntos habían salido con todo y nadie iba a dar un balón por perdido.
El aviso por parte de los cordobesistas llegaría con Owusu una vez más. El delantero se lo iba a poner difícil a la defensa cadista y el rechace permitiría a Xavi Molina marcar desde fuera del área. Aunque parte de la grada celebró el tanto, otra gran parte se daría cuenta del banderín levantado del linier que había marcado fuera de juego previamente de Owusu, dejando el marcador por el momento a cero.
En busca del gol blanquiverde
El ritmo del encuentro lo estaba marcando la ofensiva blanquiverde, que buscaba constantemente a Owusu. Los jóvenes jugadores del filial cadista intentaban crear su juego, pero la zaga del Córdoba estaba muy segura por el momento. Todo se centraba en las jugadas que circulaban el área de Christian y el peligro que avisaba de lo que podía llegar tarde o temprano.
Alonso sería quien salvaría a los suyos a la media hora de encuentro. Un mala salida del guardameta cadista dejaba un balón muerto delante de Miguel de las Cuevas, quien no iba a dudar a la hora de probar suerte con la portería desprotegida. El único problema sería la cabeza del zaguero Alonso, quien estaba sabiendo liderar bien a su defensa por el momento y desviaría lo justo para que los cordobesistas no se adelataran en el marcador.
La salida desde el túnel de vestuarios para la segunda mitad avecinaría el asedio al que iba a ser sometido el Cádiz ‘B’. El Córdoba se iba a volcar prácticamente por completo y las ocasiones empezarían a llegar en una mayor cantidad que hasta el momento. Owusu estaba generando ocasiones constantemente y la entrada de Novaes iba a dejar ver que Enrique Martín no quería presión por los tres puntos en los últimos minutos.
Un asedio con premio
Todo se podía haber complicado aún más a falta de media hora para los cadistas. Una falta de Iván Robles por detrás a Javi Flores podía haber supuesto su segunda tarjeta amarilla, pero el colegiado no lo consideraría así y le perdonaría la expulsión. Esto era otro motivo más de presión y parecía que el filial del Cádiz estaba consiguiendo aguantar, pero no se sabría por cuanto tiempo lo haría.
El problema para el técnico cordobesista es que su equipo estaba consiguiendo generar muchas ocasiones pero en los últimos metros estaba teniendo muchas dificultades para atinar entre los tres palos. Ninguno de los tiros estaba poniendo en peligro a Christian y eso decía mucho de la puntería de la delantera blanquiverde.
Las pérdidas de tiempo constantes de los visitantes y la desesperación por el gol que no llegaba empezaban a poner de los nervios a los jugadores cordobesistas. El larguero de Miguel de las Cuevas ponía a todo el público en pie, pero seguía sin llegar y todo parecía llevar al encuentro a un empate a cero goles finalmente, salvo que alguno de los protagonistas sorprendiera al rival.
El colegiado estaba siendo muy permisivo y la desesperación en la grada por las supuestas molestias constantes que tenían los jugadores del Cádiz ‘B’ levantaban la furia de todo el Arcángel. Hasta el último suspiro se luchaba por el gol y estos parones solo traían más mal que bien, pero Miguel de las Cuevas quería el gol y lo iba a conseguir. Un saque de esquina donde se pedía una mano cadista, le dejaría el balón en los pies al veterano blanquiverde, que conseguiría superar al guardameta desatando la euforia en la grada.
