Iago Aspas saca oro de La Cerámica

El Celta, que llevaba casi un año sin ganar fuera de casa, con solo 9 puntos en su casillero, y con una racha de resultados muy negativa, necesitaba un cambio. Este cambio se llama Òscar García, que ha conseguido dotar a una plantilla ilusionante de carácter e ideas. El Villarreal acusó demasiado el parón, falto de ideas y velocidad en todas sus líneas.

Siesta en La Cerámica

Ni Celta ni Villarreal iniciaron nada bien su partido en La Cerámica. En un contexto posterior al parón de selecciones, que Calleja dispusiera sobre el campo a 6 seleccionados quizás le afectó en demasía a su fútbol. Escasa velocidad de circulación, muy poco desborde por bandas e incluso debilidad en los repliegues defensivos. Juntando estos factores, el juego del Villarreal se mantuvo espeso e irregular durante toda la primera mitad, algo que poco a poco dio alas al Celta.

Si algo podemos sacar en claro del partido es que la mano de Òscar García ya se empieza a notar en el Celta. Con una línea bien definida de juego, la orden de no rifar ningún balón parece quedar clara. De hecho, el único peligro ocasionado en los primeros 45 minutos surgió de jugadas bien trenzadas de los atacantes vigueses, buscando la espalda de un desafortunado Funes Mori que debutaba como titular esta temporada.

Para qué engañarnos. Fue una primera parte horrible. Muy poco a destacar a pesar de las buenas sensaciones que el Celta ofrecía con balón. A pesar de que hubo algún acercamiento peligroso, siendo la más clara un mano a mano que Asenjo acertaba a despejarle a Sisto, mejorar esta primera parte no iba a ser difícil.

Iago Aspas decide

Lo dicho. No era nada difícil mejorar la primera parte. Con una bonita jugada, un regate. Algo que rompiera la monotonía era suficiente. Cualquier cosa. Y quien la hizo fue Denis Suárez, que volvía donde fue más feliz. Un precioso pase al hueco para que Pione Sisto ahora sí batiera a Asenjo. Y por fin, se desmelenaba el partido. El gol destapó toda la calidad que había sobre el tapete y al balón se le imprimía velocidad. Las consecuencias fueron devastadoras para el Celta, pues la primera aventura de Quintillà en todo el partido patrocinó el empate de Chukwueze.

El partido pedía correr, y el Villarreal quería correr. Sin embargo, los celestes, a quienes no les sobran los puntos, estuvieron inteligentes parando el partido haciendo posesiones largas, a espera de que Denis Suárez pudiera conectar con algún punta. Las ocasiones se sucedían y el partido cogía emoción y vistosidad a medida que el tiempo se acababa. Se percibía que el gol llegaría, y si sobre el campo está Iago Aspas, jamás hay que dejarlo solo. Y de hacerlo, te arriesgas a que el más listo de la clase lo ejemplifique con goles.

Iago Aspas, sin apenas entrar en juego con el balón durante 80 minutos, le dio la victoria a su equipo. Otra vez él. Quien sinó. Cazó un rechace dentro del área, un zarpazo para darle 3 puntos de oro a su equipo en uno de los campos más difíciles de la competición. Cerca estuvo Ontiveros de aguar la fiesta gallega, pero Iago Aspas en una contra perfecta subía el tercero al marcador para darle la razón a Oscar García, quien ha devuelto el futbol y la ilusión Vigo.