Los suplentes cumplen ante el Qarabag
Un tanto de Bryan Gil y una maravilla de Dabbur son suficientes para cumplir ante su afición y seguir el Sevilla en busca de las seis victorias en la ronda de grupos de la Europa League.
La Europa League volvía por última vez al Ramón Sánchez-Pizjuán en esta etapa de grupos. El Sevilla recibía al Qarabag en su búsqueda de hacer una fase perfecta con pleno de victorias y para ello tenía que ganar a un rival al que ya ganó en su estadio por 0-3 hace unos meses. Por su parte, el club azerbaiyano tenía que intentar sumar, aunque sobre todo ganar, si quería depender de si mismo para pasar de ronda.
El Qarabag echa el cerrojo
El conjunto visitante había decidido cerrar líneas con una defensa de cinco y una gran presencia en el centro del campo. Esto haría que, a pesar de tener la posesión, el Sevilla tuviera problemas a la hora de crear juego. Óliver Torres intentaba orquestar a sus compañeros pero le era imposible atravesar las líneas de un equipo que buscaba su oportunidad en cada contraataque que caía en sus manos.
El juego de los jugadores de Lopetegui empezaba a basarse en centros desde las bandas pero había varios problemas con este sistema. El Sevilla no tenía a ningún rematador nato en el área y, además, aunque lo hubiera tenido había demasiados defensas dentro del área de Begovic.
La afición sevillista empezaba a hartarse de esa falta de juego y los pitidos no tardarían en hacerse notar en la grada. El Sevilla no parecía el habitual y había perdido toda su esencia ante un rival que, a priori, era inferior a él. Lopetegui trataba de correguir constantemente a los suyos desde la banda, siendo Rony Lopes y Munir quienes más órdenes recibían, pero no parecía surtir efecto.
Bryan Gil anima el encuentro
La mejor oportunidad para los sevillistas, y de toda la primera mitad, llegaría tras una falta cometida sobre Chicharito. El ’11’ sevillista, Munir, sería el encargado de ejecutar la falta y podía haber sido el primer tanto de la noche de no ser por la gran intervención de Begovic, quien desviaba el tiro del extremo sevillista levantando un suspiro de toda la grada.
El paso por vestuarios no sirvió de mucho para el Sevilla. A pesar de que parecían salir con más ganas los jugadores, sus recursos seguían siendo lo mismo y no parecían generar nada nuevo que sorprendiera a su rival. Sería por eso que Bryan Gil entraría al poco de iniciarse los segundos 45 minutos por un inexistente Rony Lopes, quien no había participado a penas y cuando lo hacía no había hecho nada por los suyos.
Sería el canterano quien abriría la lata, aunque fuera con un toque de suerte. El Qarabag seguía encerrado y no permitía ningún tiro cerca de su portería, pero el canterano iba a probar en su primera oportunidad. En un desbarajuste de la defensa rival, Bryan Gil vería desde la frontal el suficiente hueco para reventar el balón con todos sus fuerzas, entrando este en la portería al ser desviado y confundir a Begovic.
Un susto para la grada
No sería el único canterano que saldría desde el banquillo, ya que a falta de algo más de 20 minutos entraría Mena. El goleador del Sevilla Atlético iba a probar suerte con el primer equipo y Lopetegui quería comprobar si podía ser una de sus soluciones de cara al futuro para solucionar esos problemas de gol que a veces tiene su equipo.
Con el tanto de Bryan Gil parecía que el partido se abría algo más. El Qarabag intentaba salir más de su área y eso estaba dando espacios para ambos equipos, aunque nadie parecía saber aprovecharlos por el momento. Incluso reclamarían un posible penalti sobre Abdullayev de Pozo, pero el colegiado sueco se negaría a pitarla tras explicar que el lateral sevillista estaba quieto y no había influido en la caída del extremo.
El Qarabag empezaba a presionar realmente a falta de diez minutos para el final y la parroquia sevillista guardaba silencio incrédula ante lo que estaba viendo. Por suerte para el Sevilla, este arranque ofensivo desaparecería pronto y volvería la tónica de superioridad sevillista. El marcador parecía no dar para más pero Dabbur, a punto de terminar el partido, sacaría a relucir su bota para estrenarse con el Sevilla y mandar a casa a sus aficionados con un mejor sabor de boca.
