La Cultural pierde en los penalties ante un equipo Champions. Ni en los 90 minutos, donde el Valencia ni siquiera tiró a puerta, ni en la prórroga, el equipo ché fue capaz de doblegar a los de Aira que nunca dejaron de creer en la victoria.
El Reino comenzó a apretar ya desde el inicio, cantando sin parar, alentando a los suyos, e incluso cantaron el primer ¡uy! cuando en el minuto 7 de partido el centro-chut de Augusto se estrellaba contra el larguero. El Valencia llegaba a cuenta gotas, pero en una de ellas, cuando Gameiro ya se relamía con el centro de Ferrán Torres que Aitor despejaba in extremis.
El equipo leonés se mantenía ordenado atrás con dos líneas de cuatro comandadas por Antonio Martínez y Montes que estaban en todas zonas del campo: defendiendo en el área, controlando el juego estático en ataque y si hiciera falta, haciendo las coberturas de ambos laterales.
El tiempo pasaba, el marcador seguía 0-0, y lo mejor, el Valencia no tiraba a puerta, tenían el control del balón pero no del partido. De hecho, la más clara del segundo tiempo la tuvo Benito a pase de Pichín, pero Jaume estuvo inmenso.
Llegaba la prórroga, los corazones estaban en un puño, y lo estuvieron aún más cuando Guiño, solo dentro del área chutaba a las manos del meta. Minutos más tarde, Sergio Marcos filtraba un pase perfecto para Luque que disparaba con todas sus fuerzas contra el larguero. La bola estuvo a escasos centímetros de hacer estallar el Reino de León.
En los últimos 15 minutos la tensión crecía y Rubén Sobrino provocaría varias paradas de corazón cuando, tras una buena jugada por banda izquierda, le llegaba la bola, y tras varios recortes disparaba contra el cuerpo de Virgil que con esa acción remató el gran partido que hizo.
Nos íbamos a penalties, la afición tenía esperanzas de poder pasar, pero Jaume se encargaría de romper toda esa ilusión parando los lanzamientos de Menudo y Benito. El Valencia anotaría los cuatro que disparó y se clasificó.
Las lágrimas de Lucas, la desmotivación de una afición que animó incluso al final del partido o la rabia de Iván cuando se iba a vestuarios. Aún así, los jugadores se tienen que ir con la cabeza alta, desde Lucas que detuvo el único disparo, hasta Benito que corrió lo indecible, pasando por Eric y Antonio, por Samu Araújo que estuvo muy bien en su estreno, por los centrales que combatieron con todo aquel que intentaba sobrepasarles y por los Pichín, Gudiño y Luque, que parecía que tenían siete pulmones.
Perdieron la eliminatoria, pero no el partido, por lo que ya suman 28 sin perder en un feudo que visitará el domingo el Logroñés en una final anticipada para ambos.