Dos clubes que necesitaban mirar hacia arriba se encontrarían en la apertura de la vigésimo sexta jornada de LaLiga SmartBank. Los tinerfeños querían llevarse la victoria para mantenerse otra jornada más fuera del pozo, mientras que los asturianos necesitan sumar si quieren acercarse a los puestos de arriba y no unirse a su rival en la zona baja.
Los de Baraja salen con todo
Los dos equipos saltarían al césped con un ritmo muy distinto. A pesar de que ningún equipo parecía querer hacerse con el control del esférico, era el Tenerife quien se encontraba más cómodo. Sería el equipo de Rubén Baraja quien daría el primer mazazo pero en una jugada a balón parado. Un saque de esquina espléndido de Luis Milla sería rematado sin ninguna oposición por Sipcic, poniendo el 1-0 en el marcador.
Si ya de por sí el Sporting no había empezado con buen pie, el gol del serbio no haría otra cosa que adormecer aún más al equipo de Djukic. Los rojiblancos no conseguían entenderse entre ellos y los tinerfeños estaban cada vez más cómodos sobre el césped, buscando a Suso, Nahuel y Luis Milla para hacer todo el daño posible arriba. Con lo único que se podían quedar los aficionados asturianos que se habían trasladado hasta el Heliodoro en los primeros 25 minutos sería con la chilena de Djuka, ya que por lo demás estaban más sufriendo que otra cosa.
Un despertar que Joselu acalla
Tardarían en reaccionar pero finalmente los asturianos comenzarían a generar peligro. Dani Hernández tendría que ser quien salvase a los suyos cuando estos parecían bajar varias marchas de una sola vez. El peligro llegaba a su portería con una serie de oportunidades consecutivas en muy pocos minutos y el ‘run run’ empezaba a sonar en la grada.
Pero los errores defensivos del Sporting volverían a salir al final de la primera mitad. La lesión de Dani Hernández había detenido la progresión ofensiva de los rojiblancos y, en un balón que llegaba a la defensa, Babin cometería un error imperdonable. En vez de despejarla de primeras, el zaguero dejaría botar un balón que venía con peligro y, tras no despejarla como debía, Joselu marcaría otro tanto para los suyos.
El Tenerife había sabido sacarle los colores a su rival. Dos errores defensivos, uno de marca y otro por no saber qué hacer con el balón, podían haberle dado a los tinerfeños los tres puntos con solo haber disputado la primera mitad. El poder ofensivo del Sporting era inexistente y el paso por vestuarios iba a ser el momento de cambiar el rumbo para Djukic, o una ocasión perdida para sentenciar otro encuentro fuera de casa.
Una reacción tardía
La segunda mitad sería otra historia para los visitantes. El Real Sporting salía con todo y se volcaba por completo sobre la portería de Ortolá. El Tenerife se echaba cada vez más atrás, encerrándose en su campo y viendo como el ritmo del partido era impuesto por completo por su rival, algo que estaba empezando a preocupar a Baraja en la banda.
El juego de los asturianos estaba siendo la antítesis y, salvo alguna jugada excepcional, el gol parecía estar cada vez más cerca por parte de los jugadores de Djukic. El problema para ellos era la seguridad que estaba plasmando bajo palos el guardameta del Tenerife y las prisas estaban restándole peligro en más de una ocasión a jugadas importantes. La insistencia finalmente iba a tener su recompensa. Un gran pase de Pedro Díaz entre líneas permitiría al recién ingresado Pablo Pérez marcar el tanto tan necesitado por los sportinguistas. Faltaba menos de diez minutos y la afición del Tenerife comenzaba a apretar de nuevo a sus rivales, que veían que les podían complicar la noche al final.
Si ya de por sí el asedio había sido intenso hasta el momento, salvando algunos momentos de calma, en estos minutos restantes iban a entrar prácticamente todos los rojiblancos en el área tinerfeña. A pesar de ello, los jugadores de Baraja conseguirían cerrar filas para conseguir otros tres puntos frente a su afición, evitando así una jornada más caer en los puestos de descenso.