Vinicius se come al Barça y pone líder al Madrid
El Real Madrid se impuso al Barcelona por 2-0 en una segunda parte de los blancos casi perfecta. Goles de Vinicius y Mariano.
Llegó el Clásico del fútbol español, llegó el Real Madrid – Barcelona. Un partido que bien podría decidir LaLiga Santander, pues la igualdad es máxima entre ambos equipos. Quizás sea el duelo más descafeinado entre ambos equipos de los últimos años por el estado de forma de ambos, pero el espectáculo está asegurado.
Mucho mediocampo, poco gol
Ambos equipos salieron con la idea de tener el balón. Zinedine Zidane y Quique Setién son dos entrenadores que quieren dominar y tener el balón, y la pelea en el mediocampo estaba siendo brutal desde el minuto uno de partido. Eso sí, se imponía el Barcelona en ese apartado, lo que obligaba al Real Madrid a buscarles muy arriba en la presión.
Los dos estilos de ambos equipos eran totalmente diferentes. Mientras que el Real Madrid utilizaba el balón para construir rápido hacia el área de Ter Stegen, utilizando mucho las bandas, el Barcelona no tenía ninguna prisa, queriendo entrar por el centro. Dos usos del balón totalmente opuestos. Pero sin ninguna ocasión clara que echarse a la boca. Llegaban más los blancos, eso sí.
Intentó salir de la cueva el Barcelona a partir del minuto 20, presionando más arriba, y así llegando a la primera gran ocasión. Rompió por la banda izquierda Jordi Alba, el cuál centró al área, donde vio sólo a Antoine Griezmann en el punto de penalti, pero el francés pateó por encima del larguero el balón. Respondían así los blaugranas a los blancos.
El ritmo alto que imponía el Real Madrid no se podía aguantar los 90 minutos, y hubo un relajamiento momentáneo de los hombres de Zinedine Zidane para respirar y recuperar fuerzas. Eso hacía crecer al Barcelona, pero el dominio del partido seguía cayendo del lado blanco. Los minutos pasaba y no llegaba el gol… Y tampoco se le esperaba en el minuto 30.
Con la polémica sobre el césped por una posible falta de Jordi Alba sobre Federico Valverde que bien podría haberle costado la expulsión, llegó la más clara del Barcelona. En el minuto 33, Arthur se planta sólo delante de Thibaut Courtois, ganando la carrera a Toni Kroos, y exigiendo al belga una parada superlativa para mantener el 0-0 en el marcador. El Real Madrid, dormido.
El descanso se plantó en el Santiago Bernabéu con el 0-0 en el marcador, mucho fútbol y pocas ocasiones. Las más claras, para el Barcelona, pero con el Real Madrid siendo más vertical. Y polémica por la posible expulsión de Jordi Alba.
El gol lo pone el Real Madrid
Volvió el Barcelona mejor desde el descanso. Tocando más el balón y siendo más verticales. El Real Madrid ya no buscaba arriba a los blaugranas viendo que no daba resultado, y cambió su planteamiento. Esperar un poco más, no renunciar al balón, y correr cada contragolpe como si fuese el último.
Las tornas habían cambiado. Si bien parecía que, aún sin balón, dominaba el Real Madrid en la primera mitad, fue el Barcelona el que cogió las riendas del partido. A su estilo. Lento, hasta casi ser aburrido por la poca profundidad que imprime por momentos al juego, muy del estilo de Quique Setién, que tantas alegrías le ha dado al entrenador cántabro.
Y cuando más muerto parecía el Real Madrid, Ter Stegen tuvo que aparecer y volar en el minuto 53. Se perfiló desde la banda izquierda Isco, vio el hueco en la escuadra y ahí la puso… Hasta que apareció la mano del portero del Barcelona, firmando con su letra el paradón de la noche en el Santiago Bernabéu. Metiendo miedo los hombres de Zinedine Zidane.
Lo que son las dinámicas en el fútbol… El Real Madrid resucitó. Volvió a presionar arriba, a morder, a neutralizar al Barcelona. Y otra vez metió miedo en el cuerpo, cuando Gerard Piqué sacó un balón en la misma línea de gol para evitar el 1-0. No le duraba el balón a los blaugranas. Otra clarísima, en el minuto 63, con una volea de Karim Benzema en el área que lamió el larguero.
Se lamió las heridas el Barcelona a base de balón. Intentó quitarse el miedo tocando el esférico e hilando posesiones largas. Y funcionó. El partido volvió a dormirse al son blaugrana. Movió ficha primero Quique Setién y demostró que quería ir a por el partido apostando por Braithwaite. Se esperaba movimiento de Zinedine Zidane.
Acabó llegando lo inevitable. El gol. En el minuto 71, Toni Kroos se inventó un pase medido, al hueco, encontrando espacios, viendo perfecto el desmarque de un Vinicius incansable. El brasileño condujo dentro del área, levantó la cabeza y disparó a puerta y se reconcilió con el gol… Eso sí, previa ayuda de un Gerard Piqué que desvió levemente el balón. 1-0.
Respondió rápidamente el Barcelona, con una ocasión clarísima, en la que el protagonista fue Marcelo. Lionel Messi se iba sólo contra Thibau Courtois y, cuando el empate estaba casi cantado, apareció el lateral izquierdo, como un rayo, para salvar al equipo, para salvar al Real Madrid.
El Real Madrid tenía tres puntos en el bolsillo. Quedaban diez minutos de partido. Y bien podría valer una liga esta victoria, o eso pensaba Zinedine Zidane, que empezó a mover el banquillo para amarrar esos tres puntos. Eso sí, sin encerrarse atrás, queriendo el segundo gol. Por supuesto, el Barcelona es el Barcelona, y lo iba a luchar hasta el final.
Pero al final, la victoria se quedó en casa. El Real Madrid se permitió el lujo de meter, incluso, el segundo gol. Mariano, que había entrado para un minuto y medio, vence en velocidad a Samuel Umtiti, se mete en el área desde la banda derecha, y bate a Ter Stegen casi sin ángulo. Gol y final de partido. Y liderato. Y la vuelta de lo mejor de los hombres de Zinedine Zidane.
