Es bien sabido en el Eibar que José Luis Mendilibar no suele acoger de buen grado a nuevos fichajes si no lo conoce o no cuentan con su visto bueno. Como también es cierto que a día de hoy no se entiende el cuadro armero sin el entrenador de Zaldíbar. Pero volviendo a lo primero. Lo cierto es que en este pasado mercado invernal se está viviendo una nueva situación con un fichaje que no parece gustar al técnico hasta el punto de que no le da ni la más mínima oportunidad de demostrar su valía. Es el caso de Rafa Soares (Marco de Canaveses, Portugal, 9 de mayo de 1995).
El portugués llegó el último día del mercado invernal a Ipurúa cedido por el Vitoria Guimaraes, con quien tuvo un protagonismo bastante más notable en la primera mitad del campeonato. Allí jugó un total de 15 partidos, incluidos dos en la Europa League. Pero esto no parece ser suficiente para Mendilibar, para quien Cote es inamovible en el lateral zurdo. Pero también para una posición más adelantada, donde el propio técnico vasco reconoció podría tener una mayor cabida: “Es un lateral más ofensivo que defensivo, tiene buen toque de balón y para mí quizá juegue un poco alto, pero puede doblar y poner centros. Si es un jugador listo, se adaptará rápido”.
Con todo esto Rafa Soares lleva ya seis partidos en el Eibar y no ha disputado un solo minuto. Solo el pasado martes, y apunta a ser más por motivo de rotaciones y descanso, el luso estuvo en la convocatoria. Va camino de pasarle como con Esteban Burgos u otros. Jugadores que tardaron meses en poder disponer de algún minuto o, directamente, irse del club sin tenerlos. Jugadores a los que el de Zaldíbar no les da la más mínima opción. Algo que provoca que su paso por Ipurúa sea con más pena que gloria.