¡Tenemos que hablar de Kevin!

Vivimos tiempos duros de cuarentena y con la liga suspendida hay una carencia evidente de noticias relacionadas con el deporte de la canasta. Ahora mismo todo el mundillo NBA gira entorno al documental de Jordan (el cual recomiendo encarecidamente) pero, previo al entretenimiento que ofrece la vida del bueno de Michael, los jugadores se dedicaban a hacer videollamadas y a participar en programas de tertulia desde la cómoda seguridad que ofrecen sus espaciosas mansiones.

Una de estas inocentes tertulias contó con la inestimable presencia de Draymond Green quién, en su intervención, afirmó que Durant no estaba feliz en Golden State al no ser considerado el mejor jugador del mundo y que este hecho fue uno de los que motivó su salida de la Bahia. Hoy hablaremos sobre Durántula en esta época y si hacía bien en autoconsiderarse mejor jugador del mundo, título que ,sin duda, ha pertenecido de manera perenne a Lebron James.

Draymond explicaba que Durant se consideraba a sí mismo el mejor jugador del mundo después de ganar el anillo en 2017, y le molestaba bastante que la prensa insistiera con Lebrón a pesar de machacarle en las finales (donde el 35 fue nombrado MVP). Para valorar al mejor jugador del mundo hay que tener en cuenta, no sólo las estadísticas básicas (puntos, rebotes…) si no cosas que no son tan fáciles de medir como el liderazgo y el impacto en el equipo. Serán estas últimas en las que profundizaré en este breve artículo.

Parece que la conversación en estos años gravitaba sobre las figuras de Durant (que creía ser el mejor) y James (al que la presa consideraba el mejor), dejando fuera a jugadores de la talla de Harden, Westbrook o Curry, estas ausencias son debatibles pero nos ceñiremos al debate que planteaba nuestro amigo Kevin después de arrasar a James en la pelea por el anillo. Para los que disfruten estas estadísticas simples señalaré que Durant promedió 1 punto y 4 asistencias menos que James, pero en este caso despreciaremos estos números al ser algo muy relativo dado la diferente situación a la que se enfrentaban ambas estrellas. Intentaré ir un poco más allá de estos guarismos y compararé diferentes factores que influyen a la hora de ser el mejor jugador del mundo.

En la humilde opinión de un servidor el mejor jugador tiene que tener la mejor mentalidad y, seamos sinceros, esto de “como los periodistas no me hacen caso, me enfado y me pongo triste” no habla  muy en favor del ex-jugador de Warriors. Dentro de este apartado de mentalidad hay que hablar de la capacidad de liderar un equipo (que es bastante mas difícil de lo que parece según Kyrie Irving) y, si bien no tendré la osadía de afirmar que Durant no sea capaz de hacerlo, lo que sí afirmo y defiendo es que no lo ha demostrado. No lo hizo en Thunder cuando le acompañaban dos futuros MVPs, dado que únicamente llegaron a unas finales,  y no lo hizo en Golden State, ya que el líder emocional era Green y el estadístico Curry (que, por cierto,  venía de ser MVP de manera consecutiva). No me esforzaré en demostrar el liderazgo que ejerce Lebron James porque para lidiar con la banda con la que se encontró en Cavs cuando llegó más que un líder hay que ser un superhéroe.

Está claro que en las rachas ganadoras es muy fácil mantener la mente positiva, pero hay que saber aguantar las situaciones negativas y es algo que a Durant no se le da tan bien. Para demostrar esto me retrotraeré a las finales de conferencia de 2016, en las que unos Thunder encabezados por Durant y Westbrook están muy cerca de eliminar al equipo con mejor record de la historia después de dilapidar una ventaja de 3-1. Y con cerca me refiero a que lo único que les separó de las finales de la NBA fue un triple surrealista desde medio campo de un tal Stephen Curry (terriblemente mal defendido por cierto) en los segundo finales del partido. Pues bien, un mes después Durant sorprendería a toda la NBA fichando por el equipo que les eliminó.

Y yo me pregunto, ¿es esa la mejor mentalidad?, quiero decir, en vez de quedarte, no te digo toda tu carrera, te digo un par de años más y demostrar que puedes liderar ese equipo al anillo, prefieres irte al equipo que, no sólo te eliminó, si no que tiene el mejor record de la liga, (a parte de la mejor pareja de tiradores de la historia). No solo no demuestra una mentalidad de ser el mejor si no que pone en evidencia que Durant necesitaba mas a Golden State que Golden State a Durant.

Y esto me lleva al último punto, el del impacto que genera el supuesto mejor jugador en el equipo, recogiendo el hilo que he empezado antes, ¿qué impacto tiene Kevin en un equipo que ya dominaba la NBA? Si hubiera fichado por Knicks y los hubiese metido en playoffs, nadie diría que no genera un gran impacto allá donde va, pero si gana dos anillos con una de las mejores dinastías de la historia (que, siendo honestos, ya había ganado uno) pues, cuanto menos, genera dudas. Y más teniendo en cuenta que su rival en esta pelea era el mismísimo Lebron James, el mismo que lideró a un grupo de amigos a hasta un anillo y 4 finales consecutivas al más puro estilo Jodan en Space Jam.

Cierro ya este pequeño artículo, en el que intento poner en perspectiva los heridos sentimientos de Durant en 2016, que parece que estaban bien heridos dado que no ha sido el mejor jugador nunca. No se me malinterprete, Kevin Durant es muy bueno, buenísimo, uno de los mejores tal vez, pero el título de ser el mejor de todos le queda grande. Veremos a ver como le va a nuestro amigo en los Nets y si es capaz de liderarlos hacia el que sería su tercer anillo.