El Leganés desciende, a un solo gol de conseguir la permanencia

En el momento crucial de la temporada, cuando se resuelven las posiciones finales y se acaban por romper sueños de permanencia, no había piedra más dura de roer para el Leganés que este Madrid, flamante campeón de liga. Zidane llegaba con la liga bajo el brazo, sin balones en su tejado que despejar y sin ultimatums como si los tenía Javier Aguirre, que no pudo materializar el último milagro de una temporada agónica para su club. En la orilla de un mar llamado ‘Primera’ ha naufragado el Leganés, a tan solo esta victoria de alcanzar la histórica hazaña. A tan solo un gol de permanecer en la categoría.

Bryan Gil sí confió

Llegados a la última jornada del campeonato, lo complicado es enderezar un rumbo con destino al descenso. A pesar de que las últimas jornadas habían mostrado la cara más férrea y dominante del Leganés, los mismos vicios y errores que les han castigado, jornada tras jornada, han vuelto a florecer. A los 9 minutos de partido, Isco botaba una falta lejana que Ramos, sin marcaje durante toda la acción, cabeceaba a gol. Uno de los mejores rematadores de cabeza del mundo suelto dentro del área no podía tener un final feliz.

Ante un inicio tan demoledor, el Leganés se puso el mono de trabajo e igualó el encuentro a partir de su disciplina táctica. El Madrid contaba con el dominio de la posesión, pero se encallaba ante la defensa de 5 que Aguirre había planteado. El conjunto ‘pepinero’, fiel al plan del ‘Vasco’, se reservaba las salidas a la contra, que surtieron verdadero efecto en la banda izquierda de Bryan Gil, reivindicado ante los grandes focos y la atención mediática de hoy, y Jonathan Silva.

El canterano sevillista fue un suplicio durante todo el partido para Lucas Vázquez, hoy lateral diestro. Las pocas ayudas colectivas en su zona, unido al despliegue ofensivo de Gil y Silva, fundamentaron la principal opción de ataque del Leganés que, al filo del descanso, dio sus frutos. Bryan Gil, a pase de Silva, batía escorado a Areola. Las esperanzas de permanecer relucían de nuevo.

Errores demasiado caros

A 45 minutos del final de la temporada el Leganés tenía que sacar toda su artillería, por escasa que fuese. Óscar, Guerrero y Roque Mesa entraban en juego y el Leganés se iba a presionar arriba. Sin embargo, el guion de la primera parte se volvería a repetir con otro error local que, de haber público en Butarque, hubiera enmudecido. Isco recuperaba y asistía para Asensio, que no fallaba en su primer cara a cara del partido.

De nuevo, el Leganés a remar. Otro error no forzado -como dirían si fuera tenis-, una salida de balón imperfecta con fallos evitables que han condenado hoy al Lega. Los de Zidane, sin mostrar su mejor cara, se veían por delante en un partido que se decidía por errores básicos y cómo los aprovechaba el campeón liguero. La dejadez se iba apoderando de los jugadores del Madrid y la tensión bajaba hasta puntos inusuales en el Madrid, que permitió que Assale empatara el marcador recibiendo solo en el punto de penalti.

La tensión que el Madrid no tenía era inversamente proporcional a la emoción del partido, en aumento con el paso de los minutos. El Celta, del que también se estaba pendiente, no conseguía ganar, y el Leganés cada vez estaba más cerca. Ocasiones de Avilés, Assale o Bryan Gil que se iban al limbo y una revisión de VAR sobre unas manos de Jovic que encogían el corazón de Aguirre. Remar, remar y remar, jamás el Leganés dejó de remar para llegar a la orilla, y dejó a un equipo que murió luchando ante el campeón de liga.