Al Milan no le hace falta exigirse para vencer al Celtic

En su debut en la UEFA Europa League, al Milan no le hizo falta dar su 100% para asegurarse la victoria. El cuadro lombardo, a base de pegada y orden defensivo, venció (1-3) a un Celtic más insistente y luchón. Fue el campeón escoses el que llevó la batuta del encuentro desde un inicio, pero se encontró unos cuantos destellos ‘rossoneros’ que apagaron su llama revolucionaria. Comienzo triunfal para los de Stefano Pioli para comenzar con gran pie el torneo continental.

El Milan, se anima y golea

Aunque parecía que iba a haber un usual respeto sobre el césped, el Celtic salió intenso y dispuesto a incomodar a un oponente al que solo han derrota una vez en su historia. Tal y como Neil Lennon pidió a su equipo en la previa, estos salieron muy intensos y dispuestos a hacerle pasar un mal rato al Milan. Incansables en sus avances, transitaban rápido y movedizos ante los ojos de un equipo lombardo que parecía no haber previsto ese escenario. Sin embargo, todo el esfuerzo empuñado por los ‘Hoobs’ sería hecho en vano tras una acción de Castillejo que los derribó como una casa de naipes.

El extremo español rompió desde la banda hacia adentro y colocó un centro que Krunic, metido entre centrales, cabeceó a gol. Así de simple se pusieron los ‘rossoneros por delante. Y con algo más de empuje, el Milan siguió creando peligro a la par que el Celtic se iba desinflando y empezaba a ser superado. Solo el empuje de Brown y McGregor en el medio evitaba que los escoseses sucumbieran más temprano. Aún así, se verían nuevamente superados en el marcador. Un gran pase filtrado de Zlatan a Hernández a la espalda de la defensa (toda la noche superada de la misma forma), sirvió para que el galo asista a Brahim Díaz.

Reacción del Celtic en vano

A pesar de recibir sendos golpes, el Celtic no se vino abajo y retomó su actitud valiente. Conscientes que la actitud conservadora y relajada de sus oponentes les llevarían a tener más chances, los escoses presionaron mucho la pobre salida italiana. Así, el Milan terminó siendo superado por el alto rimo de juego que los locales imponían, y Zlatan y los demás atacantes se vieorn obligados a apoyar en la marca. Aún así, los británicos siguieron llevando sustos al área rival. Laxalt, cedido por los lombardos en los escoses, Ajeti y McGregor intentaron antes de que su insistencia se viera premiada.

Después de que el vertiginoso Frimpong (un incordio para Hernández y la defensa milanista) asistiera a Griffiths en una acción que Romagnoli desbarató, llegaría el buscado descuento. En un corner, Elyounoussi se deshizo de Tonali para anotar de cabeza un tanto que inspiró aún más a los de Lennon. El asedio fue un completo infierno para el Milan, que ya sin Zlatan se erigió en Kjaer como gran bastión para estropear las múltiples arremetidas locales. Después de ver a su equipo sufrir, Pioli movió el banquillo y este le funcionó. Bennacer escapó bien por banda, tocó con Saelemaekers y este filtró un pase entre líneas directo a Hauge, que definió con temple a la salida de Barkas.

A golpe de jerarquía

Un triunfo con mucho sufrimiento por parte del equipo de Pioli, que pago casi paga caro su conservadurismo. No tuvo el mismo dinamismo de anteriores juegos, pero le valió su jerarquía para desbaratar a un Celtic que parece ser que este no será su año. Aunque a veces suene poco objetivo, a veces así ocurre cuando paseas un escudo de peso por Europa. El Milan ha vuelto a comprobar esa teoría al no exigirse al máximo para empezar la segunda competición continental con buen pié.