El Granada salvó un punto ante un PAOK que fue de menos a más
La partida de ajedrez que jugaron Diego Martínez y Abel Ferreira finalizó en tablas. Ambos técnicos apostaron por una idea inicial de juego que reforzó al PAOK dandole una ventaja posicional. Los locales supieron neutralizar la superioridad griega pero estuvieron poco incisivos en ataque. El duelo se convirtió en una lucha táctica en la que los andaluces pueden por bueno el punto obtenido
Granada y PAOK de Salónica firmaron un empate sin goles que permite a los nazaries comandar con cuatro puntos el Grupo E de la Europa League. Partido muy trabado y con pocas ocasiones. Los helenos que fueron de menos a más tuvieron las mejores oportunidades de marcar, pero los locales supieron capear la situación y tiraron de oficio.
El Granada comenzó mandando ante un PAOK muy solido
El encuentro comenzó lento y anodino. El Granada monopolizaba el esferico sin profundidad ni velocidad, cosa que facilitó a los helenos para no recibir ningún susto. La disposición en el terreno de juego de los de Abel Ferreira cerraba todos los espacios por dentro y los locales acaban practicamente todas sus jugadas con pérdidas.
El PAOK presentaba un 1-5-4-1 de manual y Diego Martínez apostó por un 1-4-5-1. En consecuencia mucho mediocampismo y juego muy trabado. El repliegue de los griegos era intensivo y los centrocampistas apenas dejaban espacios a su espalda para poder jugar entre lineas.
Con la premisa clara de robar y buscar en largo a Colak obligaban a la zaga nazarí a no perder el sitio y mantener la concentración y con esa idea de juego comenzarón a llegar los sustos por las inmediaciones de Rui Silva.
En primera instancia fue a balón parado. Stefan Schawb era un incordió y Fernando Varela conectó un testarazo que no encontró porteria. El central islandes Ingason se atrevia a aparecer por campo contrario con cierto beneplacido por parte del conjunto local.
Los griegos se hicieron con el duelo
Los rojiblancos sufrian por su costado izquierdo y un buen centro de Ingason fue rematado por Schawb. El esferico se estrelló en el palo en lo que fue la mejor ocasión del primer tiempo. A raiz de esa acción los de Salónica dieron un paso adelante y comenzaron a mandar en duelo.
El Granada demasiado replegado no se encontraba comodo con la situación. Les costaba estirar lineas y miraban el simultaneo con inquietud deseosos de que llegase cuanto antes el minuto cuarenta y cinco. Un primer tiempo en lo que lo mejor fue el resultado, pues no se le recuerda ninguna ocasión clara, ni disparo entre los tres palos a los locales.
La historia se repitió
Tras el paso por vestuarios, se vio a un Granada incisivo con la presión diez metros más arriba y con más chance de adelantarse en el marcador. Parece ser que la arenga de Martínez fue de las buenas. La primera oportunida fue para Gonalons en un remate a la salida de un corner.
La contienda se igualó y el técnico local vio la oportunidad de sumar los tres puntos. Puso en liza a Jorge Molina renunciando a un mayor control y circulación en la medular. La apuesta era clara. Balones largos a los dos puntas y presión más alta para dificultar la salida de balón de los helenos.
Pero el ex nazarí Ingason continuaba con sus apariciones en campo contrario y protagonizó un slalom propio del mismisimo Garrincha, plantandose en la frontal del area donde tuvo que ser derribado provocando una falta muy peligrosa para su equipo que acabó en agua de borrajas.
El mister visitante olió la sangre e hizo su apuesta metiendo gol y oxigeno en el rectangulo de juego. El concurso del polaco Swiderski y del marroqui El Kaddouri le pusieron las orejas tiesas a Diego Martínez que mostraba intranquilidad en el area técnica.
Los foraneos se adueñaron de un centro del campo que añoraba a Yangel Herrera y el técnico local en previsión de males mayores, reculó de su apuesta inicial y movió ficha metiendo en el terreno de juego a Montoro y Soro para igualar la contienda en la medular.
Las ocasiones a pesar de todo, brillaban por su ausencia y el partido se estaba volviendo muy previsible. La partida de ajedrez que estaban jugando ambos técnicos parecia abocada a las tablas. El puntito les gustaba a los dos y el choque se jugaba en cuarenta metros. Las areas ni pisar.
Con todo, la mayor sensacion de peligro y determinación la ofrecian los visitantes que buscaban huecos por donde profundizar entre el entramado local. Swiderski justificó su entrada con un buen movimiento en diagonal que finalizó con un disparo muy blandito y comodo para Rui Silva. Poco después Zvikovik desde la frontal volvió a poner a prueba a meta luso pero este mostró su caracteristica sobriedad para atajar un chut raso.
Soro dio la réplica para los locales con un golpeo que salió muy centrado. Y a un minuto del final un centro frontal a punto fue de ser rematado por Germán y dejar los tres puntos en Los Cármenes. En lo que fue la ultima acción reseñable de un encuentro que finalizó como comenzó y deja al Granada como lider de su grupo en la Europa League.
Imagen: @GranadaCdeF
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