La ausencia de público en las gradas de los estadios ha cambiado el fútbol. Siempre, a lo largo de la historia, ha habido campos en los que jugar como visitante era algo muy incómodo para el equipo foráneo. Pero en estos tiempos de coronavirus las gradas están desiertas y solo las pueblan cámaras con sus operadores, fotógrafos, prensa y los jugadores, cuyo hábitat ha pasado del banquillo a las tribunas. Junto a ellos cánticos enlatados por megafonía pero una sensación de que el fútbol es menos fútbol; y muchos equipos lo acusan.
La Real Sociedad es un ejemplo palpable de esto. En el Reale Arena, antes de la pandemia, el cuadro txuri urdin ganaba 2 de cada 3 partidos como local (un 68,7% de los partidos de local acababan en victoria). Los de Imanol Alguacil eran un equipo que jugando en casa eran de los más fiables de la categoría con público en las gradas. Pero sin él se han convertido en un equipo ‘gruyere’ con muchos agujeros y fugas de puntos. De hecho es que, desde el pasado mes de junio que se reanudaron las competiciones, solo saca uno de cada 4 partidos; apenas el 27,7% de los partidos.
Esto supone una fuga notable de puntos como local, que penalizan mucho a un equipo que quiere afianzarse en competiciones europeas. No en vano la diferencia en porcentajes es de casi un 59% de partidos menos ganados sin público que lo que hacía con público. Unos datos preocupantes que no hacen más que reforzar el deseo que tiene toda la parroquia txuri urdin: volver a poblar las gradas.