La primera final del 2021 en el fútbol español se tiñó de rojo y blanco tras una muy trabajada victoria del conjunto vasco ante un Barcelona que no consiguió cerrar el partido en las dos veces que se puso por delante. Las dudas vuelven a brotar en el Camp Nou mientras que en San Mamés reaparece la alegría y el optimismo, bastante ausente en las últimas semanas.
Intercambio rápido de golpes
El Athletic Club salió con las ideas muy claras al tapete de La Cartuja. El Barcelona, por su parte, algo más dormido, pudo pagar sus imprecisiones muy caro cuando Lenglet vio la amarilla por parar un contragolpe de Williams. El dato más esclarecedor fue la posesión del partido, muy igualada para las diferencias en los planteamientos normales de las dos escuadras.
En el ’40 Griezmann abrió la lata. Messi y Alba se asociaron de manera fantástica en tres cuartos de cancha para que el defensor blaugrana encontrase a su socio Leo, que no logró conectar correctamente con la bola que quedó rondando el área y el internacional francés la enchufó dentro de la portería de Simón. Poco duró la alegría para los de Koeman cuando De Marcos aprovechó un centro lateral para igualar la contienda y llevar el marcador empatado al descanso. Una primera parte muy intensa con un ritmo de partido frenético.
Williams decidió en la prórroga.
La segunda parte pudo comenzar de la mejor manera para el equipo de San Mamés, pero el tanto de Raúl García no subió al electrónico por posición antirreglamentaria. El alto voltaje de la primera mitad aminoró, ya que era insostenible para los dos equipos.
A falta de quince minutos para el pitido final Griezmann volvió a aparecer para los suyos. Esta vez sería Dembélé el que encontrase a Jordi Alba y el defensa culé volvió a centrar al área para que «Grizzi» anotase su segundo gol en la final.
Marcelino agitó su once inicial y dio paso a Villalibre. El «búfalo» no desaprovechó su gran oportunidad y anotó en el último minuto de tiempo reglamentario para llevar a su equipo a la prórroga. Poco tiempo le hizo falta al Athletic para adelantarse en el marcador. Zapatazo de Williams a la escuadra, imposible para Ter Stegen y 27 minutos por delante en el tiempo extra para llevarse el ansiado trofeo al norte de la Península.
El desgaste era evidente. Algo que fruto del desconcierto, Messi acabó expulsado en el último minuto de la prórroga por golpear por detrás a un jugador rojiblanco. Con esta desagradable acción terminó una final histórica, siendo la primera Supercopa masculina jugada en España con este novedoso formato.