El Athletic, con la moral por las nubes después de conseguir ganar la Supercopa el pasado domingo, visitaba el Municipal de Can Misses del Ibiza, el mejor equipo esta temporada de Segunda División B y que ya había dado la sorpresa en la segunda ronda eliminando al Celta. El partido de hoy podía ser trampa para los leones, pues ya sabemos que a partido único, puede pasar cualquier cosa.

El Ibiza se lo creyó, y quería acompañar a Navalcarnero y Alcoyano como clubes de la categoría de bronce clasificados para los octavos de final de esta Copa del Rey. Quería sorprender de nuevo ante el Athletic. Eliminar al reciente Supercampeón de España no está al alcance de todos, y por eso, desde el minuto 1, los ibicencos fueron a por la victoria.

Y su primer gol no tardó en llegar. Corría el minuto 12, Davo le dejaba un buen balón a Javi Pérez, que probó fortuna desde fuera del área y el balón se introdujo, por bajo, en la portería defendida por Ezkieta, que hoy partía como titular. Ya estaba hecho lo difícil, abrir el marcador y defender la renta con uñas y dientes y así fue.

En la primera mitad, los de Carcedo anularon al Athletic. No le dejaron apenas oportunidades, salvo algún leve disparo que no ponía en aprietos a Parreño. Marcelino hoy había rotado y muchos jugadores que eran suplentes, entre ellos, Morcillo (el más activo de los leones en la primera mitad), Sancet, Mikel Vesga o Villalibre, hoy eran titulares. Pero el experimento no funcionó y la primera parte fue muy pobre, así que, tras el descanso, empezaron los cambios.

Muniain y Raúl García salían a escena, sustituyendo a Sancet y Morcillo. Ellos mismos cocinaron el tanto del empate unos minutos más tardes. Muniain, que hizo dos asistencias en la final de la Supercopa de Europa, volvió a demostrar que es uno de los mejores asistentes de la Liga. Y Raúl García, que recogió el balón que puso su compañero al área en un saque de esquina, también enseñó que es uno de los mejores cabeceadores de la Liga. Remate potente de cabeza que se cuela por el centro de la portería, y empate. A Marcelino le salieron bien los cambios.

Y con el empate y estos dos cambios, el equipo bilbaíno mejoró. Al Ibiza le cambió el guion del partido y le tocaba volver a empezar. Era lo esperado cuando juegas con el ganador de la Supercopa de España. Pero al equipo isleño le costaba más porque el Athletic, que había empezado el partido plagado de suplentes, introducía al partido a titulares que jugaron el domingo. Y la sorpresa cada vez estaba más complicada.

El equipo controlaba la posesión, llegaba con peligro al área bilbaína, pero sin éxito. Sibo batía de nuevo a Ezkieta, pero el colegiado señaló fuera de juego y el tanto no subió el marcador. Eso sí, por poco. No parecía el día del Ibiza, que, tras el descanso, parecía que se le había acabado la suerte. Por otro lado, en defensa se mantenía la fortaleza desde el principio, así que, al menos, se podía llevar el partido a la prórroga. Y todo parecía que los equipos se irían al tiempo de prolongación porque ninguno de los dos conseguía romper el empate.

Y siempre se dice que los partidos de fútbol duran noventa minutos, y puede pasar de todo hasta el final. Bien, ya en el descuento, balón al área que queda muerto y apareció Unai Núñez para rematar con su derecha y batir a Parreño. No había tiempo para más, se acabó el sueño del Ibiza y el Athletic, ‘in-extremis’, se cuela en los octavos de final de Copa del Rey.