⁸
Volvió la Juventus a tropezar con el mismo bache, aunque esta vez tiene de donde agarrarse para seguir con vida en la UEFA Champions League. Fue una actuación para el olvido del equipo de Andrea Pirlo, «obsequiando» goles en cada tiempo (aprovechados por Taremi y Marega) y facilitándole las cosas a un Porto con las ideas claras como para sentenciar la serie. Convenció la victoria del conjunto luso (2-1); no obstante, el gol de Chiesa mantiene la interrogante y dejar en vilo la llave.
El Porto no da opciones
Tras las últimas debacles en la máxima competición europea, la Juventus pisó el estadio Do Dragao dispuesto a corregir errores del pasado que pongan en riesgo sus intereses de hacerse con la ‘Orejona’. Sin embargo, el enfoque se derrumbó en apenas dos minutos, instante en que un error en salida de Bentancur fue aprovechado por Taremi para abrir el marcador. El cuadro de Sergio Conceicão aprovechó el shock de su rival para hacerse con el balón por un momento, moverlo a su ritmo, y buscar con balones largos a sus puntas para que ellos se arreglen la vida. No tardo mucho la Juve en recuperar la razón y comenzar así a imponer condiciones.
Pero este Porto ‘versión europea’ no es un hueso fácil de roer. El trabajo sin balón ejercido por el campeón portugués fue digno de exponer en escuelas de fútbol. Incansables, valientes y decididos, los ‘dragones’ rompieron todo circuito de juego juventino, que sí ya es escaso, quedó totalmente inoperante bajo local. La exigencia física, mientras, cobró soldados. Chiellini, obligado a luchar contra un portento físico como Marega, tuvo que dejarle su sitio a Demiral. El turco tuvo enseguida una opción dentro del área para probar a Marchesín, hasta entonces sin nombrar, con un pobre cabezazo. No así fue el testarazo de Rabiot, la más clara de la Juventus en toda la primera parte. No pasó más apuros el equipo blanquiazul, lanzándose inclusive a área contraria para sorprender a su agitado oponente antes del entretiempo.
El ‘dragón’ deja coleando a la Juve
No obstante, el nerviosismo no se detuvo para los turineses, que encajarían el segundo en un pestañeo. Tras perder el balón sacando desde el centro, los de Pirlo tan solo observaron como Corona y Manafá trenzaron una jugada que terminó con el portugués adentrándose al área y asistiendo a un inconmensurable Marega. Premio para el maliense, un jugador al servicio de la causa. Lo mismo que Oliveira, un guerrero que todo equipo quiere. Porque mientras la Juventus buscaba la forma de sobrepasar la muralla local, el luso se encargó de robar balones y lanzar transiciones. Él mismo tuvo su ocasión con un trallazo, pero Szczesny bloqueó a tiempo. Todo pintaba a la sentencia del equipo de Pirlo.
El mítico exjugador trató de evitarlo dando entrada a Morata a la hora de partido. El español clarificó la ofensiva local, pero la defensa continuaba siendo impenetrable. Aún así, los ‘bianconeros’ lo intentaron con dos disparos de Bentancur que se marcharon cerca. En respuesta, Corona casi logra conectar una poderosa chalaca. Y lo que pudo ser la sentencia pasó a la esperanza en cuestión de segundos. Rabiot trazó un desmarque a la espalda de la defensa y lanzó un centro que Chiesa, llegando hacia el segundo palo, mandó a las mallas con mucha clase. Un balde de agua fría para el Porto, que hasta entonces era infranqueable, y éxtasis para una Juventus que obtuvo premio en la catástrofe. Turín dictará sentencia.