Empate de errores y locura en el Fernando Torres

Pese a que se veían las caras dos conjuntos con tendencias y estilos de juego similares no iba a ser un partido cerrado desde el inicio. Tanto Fuenlabrada como Real Oviedo saltarían al verde con los tres puntos entre ceja y ceja, y desde el pitido inicial de Galech Azpeteguía se demostraría. En primer lugar serían los locales, pues tendrían la primera gran jugada a cargo de Álex Mula que terminó en un disparo de Kanté que rechazó Joan Femenías. 

El buen inicio de los pupilos de José Luis Oltra no infundiría temor en el conjunto del Principado de Asturias, y buscarían pelear el dominio del encuentro. Antes de cumplirse el primer cuarto de hora veían como querer ser protagonistas daría un gran resultado. Fue en una falta lateral dónde Christian Fernández se impondría a su marca y prolongaba la pelota. Marco Sangalli se desmarcó al límite y mandó el esférico a la red defendida por Javier Belman. El tanto sería revisado y el videoarbitraje dictaminaría que Rubén Pulido habilitaba al donostiarra. El Real Oviedo estaba por delante.

Que el marcador mostrase tan buenas noticias desde el inicio no iba a provocar un cambio de actitud en el cuadro asturiano. Sí, el Fuenlabrada subía la intensidad y la presión en ataque, pero los de Ziganda no dejarían de proponer. Los de la Comunidad de Madrid llegaban, sobre todo, gracias a la movilidad entre líneas de Franchu Feuillassier y el entendimiento entre Kanté y Nteka, pero se encontraban una y otra vez con el muro bajo palos de Femenías.

Esta alegría en la zona ofensiva del “Fuenla” no iba a traducirse también en una defensa más preocupada, y cometían fallos. Ahí el Real Oviedo aparecería y tendrían varias oportunidades antes del descanso. Por ejemplo, las ocasiones falladas por Blanco Leschuck en un mano a mano o de Borja Sánchez tras una intervención de Belman hicieron ver que el único gol de los primeros 45 minutos era un premio escaso entre los azules -en el Fernando Torres vistiendo la sacavera-.

Los errores marcan el choque

La reanudación del partido iba a seguir manteniendo la tendencia positiva en el cuadro visitante. En esta ocasión volvía a ser por demérito del Fuenlabrada. Personificado en la figura de Pathé Ciss, ya que el centrocampista senegalés veía como su participación en el choque iba a terminar de una forma tonta. Antes del descanso recibiría la primera amarilla tras molestar a Femenías en la colocación de una barrera. Tras pocos minutos del segundo tiempo tendría que abandonar el partido después de una falta sobre Borja Sánchez. Una expulsión digna de los momentos raros del año.

Sumando el marcador favorable y el rival con un futbolista menos parecía que todo iba a conducir a un triunfo oviedista. Se las prometían muy felices hasta que hicieron aparición en escena los fantasmas que acompañan a los de Ziganda durante todo el curso. Volvía a ser un saque de esquina y volvía el desconcierto. En esta ocasión el área asturiana se convertía en un campo de batalla en el que el Real Oviedo se hundiría. No podrían despejar con lo que el balón iba a salir rechazado hasta los pies de Diéguez. El defensa no perdonaría. Con una bonita tijera empataba el partido y todo volvía a las tablas.

Se desencadena la locura

El empate provocaría dudas en los visitantes. No era palpable la diferencia numérica atendiendo a las sensaciones que los equipos dejaban. Pero como el fútbol puede cambiar en dos jugadas, el partido tendría un final más que entretenido. En uno de sus intentos el Real Oviedo llegaba por medio de Sergio Tejera. Enviaba un grandísimo pase a Juanjo Nieto que ganaba la espalda de la defensa. Otro error más de los madrileños con mal final. En esta ocasión, el lateral mandaba un pase que tocaba Borja Valle y que Rubén Pulido se introducía en su propia portería. Los asturianos tocaban el triunfo.

Si el final ya era una absoluta locura, todavía quedaría un broche para cerrarlo. Cuando el Real Oviedo contaba con los tres puntos volverían a pagar su falta de capacidad defensiva. En el primer acercamiento local tras el 1-2 llegaría un disparo de Cristóbal. Un tiro ideal que se iba al larguero. El rechace era fácilmente despejable, pero ningún defensor oviedista apareció. El que surgió fue Borja Garcés que remató a placer y empataba en el último minuto.

El Real Oviedo perdería los tres puntos, pues el partido finalizaba con empate a dos tantos tras esos cinco minutos finales vibrantes. Con errores y sufrimiento. Dignos del Campeonato Nacional de Segunda División. Un resultado que mantiene a José Luis Oltra como invicto en el Fuenlabrada y que deja al Real Oviedo con un sinsabor. Así pues, los de la Comunidad de Madrid marchan undécimos, siguen con su racha de no ganar en su feudo y se enfrentarán al Girona en la próxima jornada. Por su parte, el equipo de la capital del Principado de Asturias tendrá un duelo de clásicos del fútbol español ante el Real Zaragoza.