La Carrera Astur | Pk.28: El Sporting se queda a medias; valioso punto para el Oviedo

Los rojiblancos dejan escapar una ventaja de dos goles en Ponferrada en un partido muy polémico. El cuadro carbayón, por su parte, iguala al Espanyol a domicilio tras un choque en el que fue de menos a más

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Tablas para los dos representantes asturianos en Segunda División. Sporting y Oviedo se trajeron al Principado un punto de sus visitas a Ponferrada y Barcelona respectivamente. Al cuadro de David Gallego se le escapó una ventaja de dos goles en apenas dos minutos. Pese a ello, los rojiblancos pudieron llevarse el partido en una acción muy polémica que el colegiado del encuentro decidió no dar por gol. Una lance muy protestado por todo el plantel del cuadro gijonés.

El Oviedo también se trajo otro empate de su visita al RCDE Stadium. Los azules rascaron un punto en un partido en el que fueron de menos a más. El cuadro de Ziganda, que sobrevivió a un gran acoso local en el tramo inicial del partido, se rehízo y logró igualar el tanto inicial de Melendo con un golazo sensacional de Nahuel Leiva. Con este resultado, los azules suman ya un mes sin perder y se acerca cada vez más a la versión que vimos del cuadro ovetense en la primera vuelta.

Dos puntos que se van al limbo

  • Dos puntos que no se suben al autobús: El resumen de los 97 minutos que se jugaron en El Toralín es que el Sporting se dejó dos puntos en tierras bercianas. El conjunto de David Gallego superó en todo a una Ponferradina muy fuerte en casa y que se vio superada. Pero de la misma manera que sometió, con una alineación y sistema novedosa, cometió dos errores individuales que le costaron dos puntos. No fueron los únicos porque un claro, manifiesto y evidente error de Hernández Maeso también le evitó enmendarlos y llevarse tres merecidos puntos. En definitiva, dos puntos que no vuelven y que evitan dar un tremendo golpe sobre la mesa.
  • Gol, asistencia, error garrafal y renovación: Si hay alguien que en las últimas 36 horas habrá pasado por todos los estados posibles es Pedro Díaz. El sierense marcó el gol que abrió el marcador, dio la asistencia del segundo, condenó con su error al 2-2 que sería definitivo y estampó de forma oficial la firma en su nuevo contrato hasta 2025 con el Sporting. Solo los que juegan se equivocan y el mediocentro, que volvía a la titularidad tras dos encuentros fuera, mostró una mejor versión que otras veces. Y eso, sin duda, es una gran noticia para el equipo.
  • La mirada del ‘tigre’: En la semana previa al partido solo se habló de que si Djuka no estaba y que el Sporting dependía en exceso de él. David Gallego tenía claro el plan de partido. Un plan que sorprendió a propios y extraños con Pablo Pérez, el ‘Tigre de la Inmaculada’ en el once titular. Del gijonés se pueden decir muchas cosas, pero poco sobre como defiende la camiseta y este escudo a muerte cuando tiene que jugar. Y así lo hizo siendo el mejor del partido en el día de ayer, forzando el penalti del primer gol y logrando el segundo. Un buen ‘zasca’ a todos los que decían que el Sporting sin Djuka no era nada.
  • Que el bosque no impida ver los árboles: Sí. No han leído mal. El refrán es al revés, pero se ha alterado convenientemente para explicar que a pesar de la decepción de dejarse dos puntos no se olvide que el partido que hizo el equipo en El Toralín es muy meritorio. También la temporada que ya cumplió dos tercios disputados. Con ese empate se mantiene en el peor de los escenarios la séptima plaza a dos puntos y frente a dos equipos con los que aún debe medirse como Rayo Vallecano y Mirandés. Este equipo no duda. No dudemos nosotros de él, que no se merecen eso.

Meritorio punto para el Oviedo

  • Un mal comienzo.  El Oviedo no arrancó bien el partido. Los azules saltaron al verde del RCDE Stadium a esperar su momento. Buscaron refugiarse con la idea de coger alguna contra para hacer daño al Espanyol. Los pericos se encontraban muy cómodos con balón, ya que a diferencia de otros partidos, el conjunto de Ziganda no imprimió la presión que vimos en otros partidos, no mordía. Eso provocó que Embarba y RDT  apenas sufriesen con el balón en los pies. Y todo esto, ante un rival así, es sinónimo de peligro. RDT, muy liberado en la frontal, probó fortuna tras zafarse de Sangalli. Femenías rechazó mal y Melendo adelantó a los de Vicente Moreno. No pintaba bien la cosa.
  • El equipo fue a más. Pese a todo lo sucedido en los primeros instantes de partido, el Oviedo intentó estirarse. Los azules, eso sí, no encontraban la forma de penetrar y desequilibrar la defensa rival. En los minutos posteriores al gol, los azules lo intentaron con llegadas que carecían de ideas y profundidad. La expulsión de Dídac Vilà supuso un punto de inflexión en el partido, ya que al Espanyol le tocaba competir toda la segunda parte con un futbolista menos. En ese terreno, el Oviedo se movió bien y rápido, y Ziganda vio la solución en el banquillo.
  • Los cambios. Con uno más sobre el césped y perdiendo por la mínima, al Oviedo le tocaba reaccionar. Ziganda dio entrada a Borja Valle y quitó del césped a Javi Mier. Un cambio con intenciones muy claras: lanzarse a por el empate. La apuesta ofensiva del técnico fue a más con las entradas de Leschuk y Nahuel minutos después. Precisamente, en una de sus primeras aportaciones al choque, el propio Nahuel se hizo con el balón para iniciar un contragolpe que acabó de la mejor forma posible: con el balón en el fondo de la red. Tras el empate, quizás a muchos les pudo sorprender el cambio de Borja Sánchez, ya que desde ese momento, al equipo le costó demasiado volver a inquietar la portería de Diego López. Muchos se quedaron con la sensación de que pudo ser algo más que un empate el duelo ante el Espanyol, pero la realidad es que el Oviedo sumó un punto de muy meritorio.
  • Nahuel se reivindica. Acababa de entrar prácticamente al terreno de juego y no tardó en revolucionar el choque. El Oviedo robó el balón y Nahuel inició la contra. El atacante se acomodó el balón y soltó un latigazo imparable que se coló por la escuadra de la portería de un Diego López que nada pudo hacer. Leiva, que inició el partido desde el banquillo, salió para revolucionar un choque en el que, al margen del gol, dejó buenas acciones partiendo desde la banda, aportó movilidad al ataque y rescató ese punto valiosísimo para los suyos. Al margen de lo colectivo, tras unos partidos en los que quizás no acababa de encontrar su mejor versión, el gol también supone un valor adicional en la faceta individual.
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