El fortín inexpugnable está que arde

El Alavés trata de aferrarse al tren de la permanencia en la última decena de encuentros de la campaña de su centenario -como el Celta en las 2 últimas temporadas- y en frente, el equipo gallego quien nunca ha vencido en el feudo babazorro en sus alternas visitas.

Los precedentes son variopintos. En la 2016-2017, los vigueses acudían melancólicos por el mazazo europeo de Old Trafford 3 días antes (3-1), encuentro en el que debutó en Primera División el meta cangués, Iván Villar, quien es el actual inquilino del marco celeste por la enésima lesión del mosense Rubén Blanco.

En la 2017-2018, en la que el Celta firmó los mejores números a domicilio del último lustro cayó por 2-1, en un encuentro maquillado por Iago Aspas (imagen arriba) con una gran jugada para batir a Pacheco. Sólo sumó en la 2018-2019, en la pésima racha sin el mencionado delantero moañés, un insulso encuentro que sólo podía finiquitarse con el resultado gafas. En el curso pasado, las circunstancias son similares a las actuales, ya que se venía de un parón de selecciones, pero un Celta con sabor “A Madroa” firmó un envite paupérrimo ante los de Asier Garitano, cayendo 2-0.

El culmen está en las semifinales de Copa de la 2016/2017, con el 0-0 bajo la intensa lluvia de Balaídos, que desniveló el Alavés, aprovechando el reservado planteamiento de Eduardo Berizzo con un solitario gol de Édgar Méndez.

Pero es que la polémica está servida en Vitoria. Y no sabemos si las aguas amainaron durante dicho parón internacional de finales de marzo. Todo saltó por los aires con las declaraciones tajantes del míster Abelardo Fernández, a la conclusión del choque blanquiazul en el Wanda Metropolitano, respecto a una pregunta sobre la desaparición del coruñés Lucas Pérez de las alineaciones del equipo, que rezaba lo siguiente: “En el Alavés mi idea es el valor, el coraje, el compromiso, el darlo todo por este club. Quien no quiere darlo evidentemente no merece entrar en este equipo”.

El posicionamiento en este caso es variado, pero a la larga sabremos si fue acertado prescindir de un puntal como el ariete gallego, que dio a los vascos 15 goles en las 2 temporadas que lleva en nómina. Además, los números de Abelardo distan mucho a los de su primera etapa, cuando salvó al Glorioso en la 17/18 y en la 18/19. Actualmente el 5 de 30 es para acabar con paciencias de directivas y mandamases. Y eso es lo grueso que tapa posiblemente otras desavenencias en el vestuario vitoriano.

Los gallegos acuden en un posición más tranquila en la tabla -que el rival de este domingo y que en los 2 cursos precedentes-, buscando esas 2 victorias que los aúpen en la cuarentena de puntos que fragüen matemáticamente otra presencia en la máxima categoría del fútbol español. En tierra de nadie están los celestes a falta de 10 juegos para el final, con 11 sobre la zona roja y a 9 tantos de la neocompetición europea: la Conference League.

Otro que pierde crédito con el paso de las jornadas es el Chacho Coudet, que logró un 16 de 18 desde que se sentó en el banco céltico (ignorando la presencia en la grada del Sánchez Pizjuán) y en este 2021 (lesión de Aspas mediante), está en el 31% de los puntos, frente a aquel sublime 89% indicado.