¿Crónica de una muerte anunciada?

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¿Cómo ha llegado el Lugo a esta situación? Tras dieciséis jornadas consecutivas sin ganar y casi siete meses sin victorias a domicilio. El equipo encara el tramo final de competición en la UCI y casi sin oxígeno para conseguir la permanencia. Algo que ya logró in extremis en las últimas temporadas. Actualmente el equipo es penúltimo a 4 puntos de la permanencia y si no se produce una reacción casi milagrosa, el equipo se verá condenado a jugar en Primera RFEF el próximo curso. Pero, ¿qué ha pasado este curso con el Lugo?

Despido de Juanfran

Juanfran llegó el curso pasado con la difícil tarea de lograr salvar al equipo en los últimos partidos del curso y actuó como un revulsivo perfecto. El cuado albivermello lograba la permanencia in extremis y desde el club se optó por dar continuidad al ex jugador celeste en el banquillo. Sin embargo, poco duró esa confianza ya que a primeras de cambio desde la dirección se decidió, en tan solo 5 jornadas y con el equipo a medio hacer, cuatro derrotas y solo un triunfo le costaron el puesto.

El mejor momento del curso

 Con el despido de Juanfran llegó Nafti a aliviar todos los males. Y es que con su contratación, y el equipo ya conformado, llegó el mejor momento de la temporada. Su inicio en el banquillo albivermello fue fulgurante. Nafti debutó en la sexta jornada ganando por 0-1 en Castellón y en los cinco siguientes encuentros situó al Lugo en puestos de promoción de ascenso. A partir de ahí se perdió regularidad hasta llegar el día clave en esta historia. El viaje y el partido en Almería. El equipo cayó 4-1 en un partido en el que el francotunecino no estaba en el banquillo por saltarse el protocolo Covid al ir a alquilar un coche para ver a su familia.

Consecuencia, el cese. En el comunicado el club alegaba que era “Una decisión tomada, principalmente, en base al análisis de la trayectoria demostrada hasta la fecha, y de la dinámica de resultados cosechados por el equipo”. Pero lo cierto es que posteriormente Saqués apuntó en rueda de prensa que “Entendíamos que no se estaban encontrando soluciones a esa dinámica de resultados y de juego del equipo, que no se estaba aprovechando el potencial de los jugadores. Estamos con seis puntos por encima del descenso pero sabemos cómo es la Segunda División de exigente y en nada, si no había un cambio de dinámica, podíamos estar metidos en el limbo”, comentó.

El presidente afirmó que “siempre cuesta” tomar la decisión de cambiar de titular en el banquillo porque «no es agradable cesar a nadie. “Con esta tendencia de resultados lo acabaríamos pasando muy mal a final de temporada”, pronosticó Saqués, quien sumó más argumentos al cese de Nafti. “Esto y comportamientos y la forma de trabajar en el día a día, que no iba en la línea de lo que esta institución merece y cómo se tiene que funcionar y al final tomamos esa decisión. Esperemos que sea acertada, que seamos capaces de dar ese golpe de timón”, sostuvo.

‘Si no sabes torear para que te metes’ podrían pensar algunos teniendo en cuenta que el presidente no ha mostrado esa misma calidad y nivel que exige en lo deportivo en la parte más insitucional que corre a su cargo y que dista mucho de estar a la altura de un club deportivo profesional

Segundas partes nunca fueron buenas

No sabía Saqués que sus palabras, “Estamos con seis puntos por encima del descenso pero sabemos cómo es la Segunda División de exigente y en nada, si no había un cambio de dinámica, podíamos estar metidos en el limbo”, serían una premonición de lo que pasaría tras su decisión de cambiar a Nafti por un Luis César que vivía su segunda etapa en Lugo después de varios fracasos estrepitosos en equipos como Dépor o Real Valladolid.

Las señales de que algo podía ir mal estaban ahí y la parroquia lucense no estaba muy conforme, como no lo lleva estando hace tiempo con la gestión del club, pero del barco no se baja nadie y había que dar un voto de confianza. Ni un solo triunfo consiguió Luis César cuya estancia en el banquillo se prolongó más de la cuenta para algunos.

Misión imposible para Rubén Albés

Pocos querrían coger la patata caliente que era el banquillo del Lugo a nivel deportivo y anímico. ‘La papeleta’ le tocó a un joven Rubén Albés que se estrenaba en el fútbol profesional en España y que en los tres partidos que lleva, ha conseguido una leve mejoría defensiva pero los resultados siguen sin acompañar y la moral decae al mismo ritmo que la Primera RFEF acecha.

Denominador común

Ya en 2015 criticaba el míster Quique Setién las “perversas prácticas” que, a su juicio, había empezado a”ejercer” el actual presidente y máximo accionista del club. Y así hasta hoy. En la era Saqués han pasado por el banquillo 12 entrenadores distintos, por no hablar de cambios en la dirección deportiva y otros estamentos del club. La mala gestión y planificación del club han ido poco a poco diluyendo a los que en 2012 fueron héroes y lograron un ascenso histórico, hasta ahora en 2021 ver como el ascenso parece cada vez más cerca.

Esta trayectoria de los últimos años , ¿ha sido crónica de una muerte anunciada?. El tiempo lo dirá pero el sentir común de buena parte de la parroquia lucense es que el problema del club tiene nombre propio y mientras eso siga siendo así, recuperarse de lo que podría suponer el descenso no parece tarea sencilla ni de corto plazo.

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