Boston Celtics 2020/2021 | El Gran Truco de Stevens

Terminada una temporada mediocre, tanto en juego como en resultados, enormemente marcada por el coronavirus y las lesiones, los Celtics han comenzado con paso firme la reestructuración del equipo, desde las oficinas y el banquillo hasta la complicada composición de una plantilla ganadora.

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Sin apenas tiempo para digerir la espesa temporada 20-21, los Celtics iniciaban profundos cambios en su estructura deportiva, de arriba a abajo, completando su primer traspaso mucho antes de la celebración del Draft.

Mientras las luces del Garden se apagaban y los jugadores iniciaban sus vacaciones, las oficinas de la franquicia de Boston comenzaban un trabajo tan urgente como necesario. Un gran cambio de ciclo después de haber dilapidado el último gran proyecto de Danny Ainge.

La maldición del 18º título

El regreso de Danny Ainge a Boston (2003), trajo consigo el regreso de la gloria, después de unos horribles años 90. En una ciudad totalmente obsesionada con el deporte y acostumbrada a las victorias, los Celtics se habían convertido en el patito feo de una comunidad que durante años había aceptado a regañadientes a su equipo de baloncesto y que, justo cuando ya había comenzado a superar sus prejuicios, veía a su franquicia NBA convertida en un desastre. Pero aquella época pasó y el 2008 trajo consigo el ansiado anillo y un futuro prometedor.

Tras la gloria, una dura reconstrucción que parecía muy prometedora, hasta que el tobillo de Hayward y la cabeza de Irving torcieron los planes de los Celtics. La pasada temporada fue el final de la resaca de aquel desastre. Una huida hacia adelante de un Ainge claramente quemado, que trajo consigo a una última temporada decepcionante de Kemba Walker, por culpa nuevamente de las malditas lesiones, y una masa salarial cada vez más complicada de manejar. Una campaña marcada por los positivos de coronavirus, las bajas, las dudas sobre el banquillo y el dudoso honor de participar por vez primera en el play in. La 8ª plaza era la peor posición de los últimos años en el Garden y los vientos de cambio se resonaban en la distancia.

Nuevo entrenador, nuevos tiempos

En su nueva posición, Brad Stevens no tardó mucho en encontrar su sustituto. Los primeros rumores apuntaban a Ime Udoka insistentemente y no eran en absoluto infundados. Las sensaciones de Brad y de las estrellas del equipo coincidían en señalarle como el más indicado. Un técnico de la escuela Popovich, quien habla maravillas del nuevo entrenador céltico, que se estrena como Técnico Jefe, con la incertidumbre lógica por su falta de experiencia.

El nuevo inquilino en el banquillo de los Celtics tiene un duro trabajo por delante. (Foto: www.nba.com)

El nuevo entrenador de los Celtics llegó sabiendo ya que el primer gran cambio en la plantilla estaba hecho. Kemba Walker ponía rumbo a Oklahoma a cambio del veterano pívot Al Horford y un prometedor center como Moses Brown. Sin base titular, con nuevo entrenador y con muy poco margen de maniobra, teniendo en cuenta el escaso espacio salarial libre, el verano se atisba largo y complicado en Boston. No obstante, la energía del nuevo inquilino del banquillo y la visión renovadora de Stevens en los despachos tendrán expectante a la parroquia verde.

Bard Stevens tardó poco en romper un fallido Big Three, aunque este movimiento es sólo el principio de un largo y complicado verano. (Foto: www.nba.com)

Un base y algo más

Dentro de la incertidumbre que rodea a la franquicia de Bean Town, al menos de puertas hacia fuera, la unica certeza es Jayson Tatum. Es el único jugador absolutamente intocable. Jaylen Brown tampoco parece en venta, pero al menos no es 100% inamovible. A partir de ahí, todo puede pasar, ya que no hay mucho margen de maniobra. Antes que nada, los Celtics deben decidir si ejercen su opción sobre Fournier, de lo que dependerá el que tengan algo de flexibilidad salarial, aunque sin poder tirar cohetes. Las extensiones de Smart y Robert Williams III también están sobre la mesa, como pelotas en el tejado de un Brad Stevens del que se espera que haga un truco final digno de Harry Houidini, con el agua al cuello.

La complicada llegada de Patty Mills supondría una incorporación de experiencia, calidad y carácter. (Foto:
www.nba.com)

De una u otra forma, Udoka necesita un base. Ya dijo en su presentación que era necesario tener un creador de juego en el Top 20 de la liga en asistencias. Una tarea nada fácil, improbable sin pasar por fabricar un traspaso medianamente serio. Entre las opciones, variadas en condiciones y estilos, han salido a la palestra los nombres bastente complicados como Satoransky o Ricky Rubio, aunque es más probable alguién como Ish Smith, TJ McConnel o Patty Mills.

Myles Turner en un encuentro contra los Celtics. (www.nba.com)

Al margen de ese puesto, el peridista deportivo de Indiana, Evan Massey (@massey_evan) se hacía eco de nuevos contactos entre Celtics y Pacers para el traspaso de Myles Turner. Una vieja canción que veremos si termina de sonar afinada, con Brad Stevens en lugar de Danny Ainge al piano. Pero además de movimientos de primera plana, Boston tiene en la recámara a 2 jugadores con experiencia probada en la Euroliga, como son Nigel Hayes (alero) y Zach Auguste (ala-pívot), probando en el trainning camp, y que podrían ayudar a completar la plantilla a bajo coste.

Así las cosas, los Celtics tienen por delante un verano movido, con la obligación de rodear a Jayson Tatum de un equipo capaz de llevarle a competir por el título y evitar que la joven estrella se canse y busque un futuro lejos de Boston.

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