Hoy no ha sido la mejor vuelta para el Nou Municipal de Cornellà. Se enfrentaban al CD Atlético Baleares en la primera jornada de la nueva categoría de bronze, y no pudieron dejar los primeros tres puntos en casa.
Des de un buen inicio el Atlético Baleares ha tenido un papel más ofensivo y más sólido. A los pocos instantes de comenzar el encuentro ya habían dispuesto de un par de ocasiones peligrosas. Y, a la tercera le fue la vencida. Canario, con la diestra, encontró el hueco que dejó Anacker para poner por delante a los visitantes. Un gol tempranero que no sería el único dolor de cabeza que le vendría al conjunto de Raúl Casañ.
A los locales les costaba generar y tenían más trabajo defendiendo atacando y eso les estaba poniendo demasiado nerviosos. En veinte minutos René había sido un mero espectador de lo que pasaba en la otra área que estaba siendo un peligro constante.
Con el resultado en contra y sin saber muy bien como deshacer eso, la actitud de los verdes se estaba mermando. Mantener la calma y hacer lo fuera para llevar el peligro hacia el portero que vestía de amarillo. Pero calma era una palabra que no existía en esos momentos en la cabeza del Cornellà ni de su entrenador, que iba paseando y dando instrucciones a sus hombres. Pero sobretodo no existió en la cabeza de Rulo, que en el minuto treinta sacó a pasear la mano para darle un golpe a un jugador del Atlético Baleares, cuando el balón no estaba ni en juego. Eso le costó la roja directa y dejó a los suyos con uno menos, cuando estaba siendo de los mejores del Cornellà.
Estar con un hombre menos en el terreno de juego no le ha dado mucha confianza a los verdes, que hasta el segundo tiempo y los cambios no ha levantado la cabeza. Antes de ver algo más de garra por parte de la UE Cornellà, el CD Atlético Baleares ha puesto los tres puntos a su vera. Cordero fue el más listo de la clase cuando el balón se quedó perdido y sin dueño dentro del área. El capitán ejerció como tal, se la hizo suya y la puso al fondo de la red.
Ese segundo gol cayó peor ya que llegó en el momento que los de Raúl Casañ salían de la cueva. Pero los de Xavi Calm no parecía que tuvieran suficiente. No bajaron la guardia, y mucho menos al ver como los locales veían como, con uno menos, estaban plantándoles cara y su gol llegaría.
Pero no ha habido forma de que entrara el gol del Cornellà. Las ocasiones llegaban, tenían la pelota; en definitiva, habían remediado los errores de la primera parte, pero les faltó la puntería. Ni Dorca ni Moha pudieron transformar ninguna de las ocasiones que tuviueron.