Luis Enrique ya lo avisaba en la previa y no falló: esta selección era una de las más complicadas y casi logró la machada. Ante un equipo muy aguerrido y una afición asfixiante España logró los tres puntos en un mal partido que pudo costarle muy caro a la Roja de cara a sus objetivos para el Mundial del año que viene.
Fornals y poco más
El conjunto local salió con una marcha más al césped de Pristina. España, algo adormecida pudo pagar caro las imprecisiones de los primeros minutos. España llegaba sin mucha determinación a la meta de Muric. El que si puso en aprietos a un guardameta fue Rashani con un golpeo que se marchó muy cerca de la portería de Unai Simón. El propio Unai intervino en un buen mano a mano ante un atacante kosovar pero la jugada quedó invalidada por fuera de juego. El que sí vio portería de verdad fue Pablo Fornals. Buena combinación entre Laporte, Soler y Álvaro Morata para que la pelota llegase a Fornals y con una media vuelta se hiciera hueco y fusilase la portería local. Uno a cero y algo de tranquilidad en el banquillo español. Morata abanderó el ataque de la Roja (hoy de blanco), aunque sus ocasiones no llegaran a buen puerto.
Lo mejor fue el resultado
España volvió a cometer el mismo error de la primera mitad y salió dormida. Kosovo pudo igualar la contienda aprovechando un error de Iñigo Martínez pero Muriqi no llegó a ver portería con claridad y la envió fuera. Ahora sería Unai Simón el que no midió bien y los locales probaron desde larga distancia, corrigiendo el guardameta rápidamente su posición. El tiempo iba pasando y al buen resultado español se le unía el gol de Grecia.
Kosovo seguía sin perderla la cara al partido y buscaba el empate con las armas que le quedaban. Ferrán Torres pudo sentenciar pero Muric apareció para seguir dando vida a los suyos. En la portería contraria, Unai Simón salvó a los de Luis Enrique con una mano baja providencial. Cuando peor lo estaba pasando España, Ferrán Torres se sacó una jugada magistral en el balcón del área para echar el cerrojo al partido. Tras ser anulado, el VAR dio validez al gol, consiguiendo así los tres puntos para España, que vuelve a depender de sí misma para clasificarse para el Mundial de Qatar.