Celta y Cádiz abren este viernes la quinta jornada del campeonato nacional de Liga en Balaídos. Ambos aún no sumaron 3 puntos en el mismo choque en lo que va de Liga y los celestes -junto al Alavés- son el equipo más goleado del torneo.
Ocho dianas (con la manita que se trajeron el domingo del Bernabéu) tienen los celtiñas en su debe, después de 4 jornadas Coudet rotándole en las alineaciones compañero al mexicano Néstor Araújo, quien también dista de un nivel aceptable en la zaga. Y eso que bajo palos está el guardameta que más paradas lleva realizadas en el campeonato; lo que indica que no hay día tranquilo para la parroquia celeste. Las opciones en el eje se merman con el segundo positivo por Covid-19 del ghanés Joseph Aidoo, quien no se vacunó en su día contra el virus con el resto del plantel.
Más de 10.000 gargantas tratarán de ayudar a revertir la situación actual (a lo que asciende con el 60% de aforo que dictaminaron las autoridades sanitarias), que dista mucho de la euforia con la que se encauzaba este verano. Pero bueno, es el primer partido de la Liga particular olívica; algo que reza el entorno céltico desde el petardazo en Chamartín.
Por parte de los andaluces, causan baja Juan Cala (expulsado ante la Real Sociedad), además de los lesionados Carlos Akapo, Jose Mari, Alberto Perea y Jon Ander Garrido. En los gallegos, Cervi se recuperó a tiempo de la talalgia en el pie derecho, derivada del choque en el Santiago Bernabeu, donde anotó el 1-2 para el Celta cogiendo un rechace del palo, tras un fenomenal taconazo.
En lo tocante a los enfrentamientos, el 4-0 de la temporada pasada fue un día atípico para el Celta, ya que se le anularon 3 goles por fuera de juego, metió los 4 tantos en la primera parte y donde los gaditanos tuvieron ocasiones clarísimas (cabezazo a la madera de Negredo, por ejemplo) y no transformaron ninguna. Más soso fue el encuentro en el antiguo Ramón de Carranza, con un cerrojazo de los de Álvaro Cervera que terminó en resultado gafas, en parte, por el tanto anulado en un justísimo fuera de juego a Hugo Mallo y por el desentendimiento del esférico de los sureños.