Eduardo Coudet sabe -y así lo reconoció- que estaba preocupado ante el mal inicio de temporada de su equipo. Es un arranque que iguala al peor de la historia conjuntamente con la temporada 1982/1983, un año en el el cuadro olívico acabó con sus huesos en Segunda División, y sabe que necesita revertir la situación con celeridad. El técnico también está ante su peor racha en el banquillo céltico, donde casi se puede decir había aterrizado de pie desde su llegada.
Desde que eso ocurrió el pasado mes de noviembre, es la segunda ocasión en la que pierde tres encuentros de forma consecutiva. La anterior fue en enero de este año, cayendo entonces ante Real Madrid, Villarreal y Betis. Entonces el equipo venía de una victoria ante el Huesca y una racha excelente. Ahora ha encadenado derrotas ante Athletic, Real Madrid y Cádiz pero el equipo anteriormente había empatado ante Osasuna. De esta forma, la actual es su peor racha.
Es algo a lo que no estaba acostumbrado a ello Coudet; más bien a todo lo contrario ya que la pasada temporada encadenó rachas exitosas. Incluso logró cinco triunfos seguidos en la recta final del campeonato y otra de cuatro victorias consecutivas, al poco de aterrizar en Vigo. Ahora vive la otra cara de la moneda y le tocará vivir la parte más peliaguda de un entrenador como es revertir una crisis como la que, indudablemente, vive el Celta.
Sobra señalar que su puesto no corre ningún peligro. La apuesta por el entrenador argentina fue plena el pasado mes de mayo, hasta el punto de renovar por tres temporadas y darle cierto poder en la planificación deportiva a la que llegaron jugadores como Thiago Galhardo o Cervi que han sido peticiones suyas. Por lo que en este sentido, no hay debate. Pero existe preocupación y la obligación de comenzar a sumar de tres en tres, empezando por el encuentro de este martes ante el Levante, en cuya visita la pasada temporada empataron a un tanto.