La Fiorentina se evoca solo a ganar

La Fiorentina tuvo en mente siempre obtener los tres puntos en la sexta fecha de la Serie A. Luego de su caída ante el Inter, los ‘Gigliatti’ se recuperaron inmediatamente (0-1) contra un Udinese que quizás mereció más. El gol de Vlahovic desde los 11 pasos le sirvió al cuadro ‘viola’ para marcar diferencias en un duelo muy disputado e invalidar el orgullo ‘bianconeri’.

La ‘Fiore’ buscó, encontró y eso le bastó

Las cosas van bien en Florencia después de muchos años. Ahora, la vida con Vincenzo Italiano y la construcción de una plantilla que finalmente es explotada generan buen juego y resultados. Por lo menos esto último se vio este domingo en su visita a Udine. De inicio, la Fiorentina empezó su habitual dominio con balón y a atacar espacios con movilidad. Estaba hecho una piedra el Udinese ante las acometidas ofensivas de su rival, que resquebrajó sus líneas y no daba opción al contragolpe. Por fuera o por dentro, el gol ‘viola’ se veía al caer, pero solo faltaba el toque final.

Tras muchos intentos frustrados, fue Saponara -jugador ‘by Italiano’- quien logró poner el balón en punto de penal. Bonaventura fue derribado cuando iba al balón y Vlahovic, previo chequeo del VAR, intimidó a un Silvestri que le facilitó la labor (16′). Punto y final al maravilloso ejercicio de la ‘Fiore’, ya que inmediatamente el Udinese empezaría a emparejar las cosas. Una zancada de Deulofeo, que se sacó a Milenkovic, directo hacia portería rival fue el primer aviso. La visita buscaría volver a inclinar la cancha a su favor sin suerte, pero tampoco sin descuidarse. Con ambos entramados defensivos muy bien plantados, una ocasión fallada por Callejón fue la última antes de tomar aire

Deulofeo no basta

Los cambios de Pussetto y Makengo, al comienzo del complemento, dieron un nuevo aire al Udinese. Deulofeo dejó de sentirse muy solo, el equipo se conectó más y el cambio de marcha terminó por cambiar dominio. Eso sí, la Fiorentina, cada vez más en su campo, ni muchos menos prefirió esforzarse por revertirlo. De hecho, parecía parte de del guion que tenía previsto: lanzar a Vlahovic y que este estire al equipo. No obstante, ni Odriozola ni Bonaventura podían conectar con el talentoso punta serbio, asfixiado ante la intensa presión local. Aunque por lo menos atrajo y liberó pasillos para que Maleh y Saponara, el mejor del equipo de Italiano, prueben a portería.

El que sí lo lograba más a menudo era un encendido Deulofeo, que se cargó al Udinese a la espalda a falta de un cuarto de hora para el final. A punta de arrancadas, regates y vertiginosidad entre líneas por todo el campo, el catalán metió miedo a su oponente. Lastima para él que el empate se le resistía, sea por culpa de la muralla morada -vestida de amarilla hoy- que tenía al frente o un Dragowski atentó. Debido a ello, todo el empuje de los de Gotti fue disminuyendo en relación al conteo del reloj. El gran aliado de una Fiorentina que se evocó a contener, pero más que nada a ganar. El podio evidencia su buen hacer, por más opaco que hoy se haya exhibido.

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