Manu Trigueros liquida a un insulso colista
Victoria por la mínima del Villarreal ante un Getafe que no fue capaz de incomodarle en ningún tramo del partido
Partido en la Cerámica marcado por la necesidad de puntos. El Getafe llegaba como último clasificado habiendo conocido la victoria en tan sola una ocasión. Enfrente, un Villarreal que había tenido mejores inicios de temporada y que con 12 puntos, estaba sorprendentemente cerca del descenso.
Los primeros 10 minutos marcaron lo que sería el guión del partido: los groguets dueños de la posesión enfrente de los adulones, replegados en bloque medio-bajo y esperando su ocasión para hacer daño al contraataque.
Sin embargo, el plan defensivo de los visitantes se rompería precisamente en ese minuto, cuando Estupiñán metería un plan estratosférico dirección al área y que, tras rozar mínimamente en Alcácer le llegaría a Manu Trigueros para batir a David Soria de primeras.
El gol le venía a centrocampista como agua de mayo, que no venía realizando las mejores actuaciones en los últimos partidos y que debía de mejorar su nivel de manera inmediata si quería mantener el puesto ante la feroz competencia del equipo de Unai Emery.
Esto se vio reflejado en el fondo de armario del equipo frente a las lesiones, cuando en el 12 se tuvo que retirar Danjuma tras un choque con Djene, para que entrara en su lugar Yeremi Pino, quien también tuvo que marcharse en el descanso por Día. 3 jugadores en la misma posición el 45 minutos, los 3 de un nivel altísimo.
Mientras todo esto sucedía, el Getafe sufría y sufría, incapaz de encontrarle las cosquillas a todo un campeón de Europa (League) como lo es el submarino amarillo.
Su única ocasión peligrosa la puso Mata con un punterazo escorado que sacó Rulli estirando la pierna.
El Villarreal por su parte buscaba como matar el partido, pero la ausencia de hombres de ataque estaba penalizando al equipo. Esta situación la leyó a la perfección Emery, que la solventó introduciendo a dos jugadores de perfil ofensivo como son Chukwueze y Moi Gómez.
Con ellos en el terreno de juego, el equipo le pudo imprimir una mayor velocidad a la circulación de la pelota y en concreto, a los sus ataques.
El partido, pese al riesgo del corto resultado, lo terminó el Villarreal muy cómodo, en campo del Getafe en busca del segundo hasta que el árbitro decreto el final del partido, gracias a los cambios efectuados por el técnico, que dotaron al equipo del desborde y desparpajo que faltaba hasta entonces, demostrándonos una vez más la gran cantidad de registros que tiene este Villarreal.
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