La Atalanta casi cede ante la voluntad del Young Boys

A la Atalanta le dieron un poco de su propia medicina, pero pudo sobrevivir para seguir soñando en la UEFA Champions League. Tuvo el partido en su mano y a la vez no la escuadra ‘nerazzurri’ en una épica batalla (3-3) frente al Young Boys. Murió de pie el campeón suizo, resiliente como pocos y dando un espectáculo digno de la máxima competición continental antes de ceder medio boleto a octavos de final. El resto depende de los italianos.

Una hora divina truncada

La noche en Berna se intuía especial por donde se le viera. Tanto Wagner como Gasperini prometieron un partido del todo por el todo y no fallaron. Desde el primer segundo, el duelo fue impactante, sin tregua y voraz. Ambos equipos ejercían una presión alta, hombre a hombre y dejándose llevar por el encendido ambiente. Aunque de a pocos la Atalanta empezó a marcar terreno. Lo hizo con Zapata, que inauguró la noche de golazos. El colombiano inició la jugada recogiéndose fuera del área y en la misma, controló el balón para embocarlo sin dejarlo caer entre tres defensores (10′). La ‘Dea’ golpeaba primero, pero ni por esas tenía al Young Boys en su bolsillo. Los helvéticos, sin importarles del barullo en el que se metían, se la jugaron.

Conscientes de que la salida de balón de su rival no es la mejor, el monarca suizo le bastó con incomodar un poco para coleccionar dos ocasiones que García y Aebischer fallaron. Eso sí, más daño hacía con un Elia que, como en Bérgamo, fue un peligro constante. No obstante, de a pocos la Atalanta se recuperaría apoderándose de la pelota y atacando verticalmente mediante Zappacosta, que activaba sin descanso a Malinovskyi y Pasalic entre líneas. Ucraniano y croata hacían un alboroto por dentro, mas solo les faltó el toque final. Y tras tanto errar, el Young Boys acabó por dar un inesperado golpe con un gol de Siebatcheu (39) cerca al descanso. Agradecidos de ello los lombardos, puesto que inmediatamente se vieron superados por el arreón local.

Muriel mantiene intacto el sueño

Le vino al elenco transalpino la pausa, ya que enseguida salieron en tromba a por el local. Avisó Malinovskyi con un tiro libre al que Faivre respondió como pudo. Pero ya nada pudo hacer ante el violento zurdazo ejecutado de primeras por parte Palomino (51′). Zapata pudo embocar el tercero después, pero Lauper se barrió a tiempo para evitarlo. Trató de volver a reponerse el Young Boys, mas como fuese estaba en jaque por una Atalanta que lo tenía en su mano: invitaba al campeón suizo a hacerle daño mientras jugaba con sus errores. Apenas el talento de Elia y el oficio de García inquietaban a los lombardos, que la pasaban tranquilo a la espera de anotar el gol tanto definitivo. Pudo hacerlo con una triple oportunidad que ni Zapata (dos veces) ni Pezzella pudieron aprovechar.

Con el choque desencadenado y su rival impacientado por no anotar, el conjunto suizo, moreteado pero no K.O, despertó nuevamente tras un despiste de la ‘Dea’. Ngamaleu recibió en un saque lateral y, viendo la incorporación de Sierro, asistió al suizo para emparejar las acciones (80′). Sin tiempo para pestañear, Hefti, que trepó sin oposición, colocó el balón en el ángulo para llevar al éxtasis a su afición (84′). Los ‘Oribici’, perdidos en el propio caos que originaron, necesitaban un milagro que salve los muebles. Muriel, entonces, se vistió de ángel de la guarda: entró y ejecutó un tiro libre que vale su peso en oro (87′). Ya en el final, Musso realizó una estirada a un tiro de Ngamaleu que puso la guinda a un loco encuentro, digno de la misma Copa de Europa. Hasta allí llegó el Young Boys, que se despide poniendo contra las cuerdas a una Atalanta que casi cede ante su gran voluntad y coraje.

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