Empate que no deja saciado a ninguno
Reparto de puntos en la catedral en un partido en el que ambos conjunto querían ganar para romper sus malas rachas y se acabaron llevando el punto.
Arrancaba el partido con los dos equipos necesitando ganar para cada uno tener vivas sus aspiraciones. Siendo cierto que lo que los unía era la pobreza puntuación en los últimos cinco partidos habiendo sido ambos capaces de ganar tan solo uno.
En los primeros minutos de partido se observaba como el Athletic hace de local en cuanto a intentar llevar la manija del partido frente a un Granada bien plantando con su 4-4-2 y al que parecía que le quemaba el balón.
Y con esas sensaciones y tras un error en defensa de Angel Montoro regalándole el balón a Muniain, este le dejaba en bandeja el gol a Raúl García. El gol llega tras una de las características del Athletic de Marcelino: la presión alta.
Pasaban los minutos, y con el mismo guion desde el inicio del partido, con el Athletic teniendo el balón, el Granada sin poder controlar ese balón, y algunos tímidos ataques sin inquietar excesivamente la portería granadinista.
Aun con estas en el minuto veinticinco y con una genialidad de Darwin Machís, tras regatear a Lekue, pisar área y definir el Granada conseguía empatar el partido. Todo ello viene tras una buena recuperación de Montoro en el sector derecho.
Tras el gol el Granada estaba mejor, y confirmó esas sensaciones que, tras una acción desafortunada de Muniain en un córner, al contraataque y con la suerte de un rebote le caía el balón franco a Jorge Molina que no fallaba y ponía por delante al Granada.
Después de ciertas acciones, en el minuto cuarenta y tres se paraba el partido por estar Germán Sánchez en el suelo, y el Granada que andaba justo de defensas tuvo que dar entrada a Luis Abram.
Así acababa la primera parte y la segunda empezaba con la misma tónica que en el inicio de la primera en el que el Athletic atacaba quizás fruto de esa necesidad de marcar gol siendo el Williams Jr el que agitaba a la defensa granadina. Una defensa que arrancaba la segunda parte formada por cinco futbolistas, siendo Gonalons el incrustado entre centrales.
En lo que parecía un nuevo contraataque del Granada tras un córner del Athletic, se rompía Darwin Machís siendo sustituido por Carlos Neva que se pone por detrás de Escudero.
Y en una de esas acciones que se inventan algunos pocos Raúl García se sacaba un disparo lejanísimo que se estrellaba en el larguero, ante un Maximiano ya totalmente superado.
En el minuto sesenta daba entrada Marcelino a Oier Zárraga e Iñaki Williams en busca de una reacción.
Para más inri en la plantilla granadinista, en el minuto sesenta y tres se volvía a parar el partido porque otro jugador del Granada se lesionaba, en este caso Rochina que era sustituido por Yan Eteki.
Con tanto parón en el partido el Granada parecía sacudirse un poco de esos constantes ataques del Athletic, y en una de las salidas al ataque Luis Suárez mandaba un balón al travesaño quizás con ayuda de Balenziaga. Importante también para esa sacudida es el hecho de que el conjunto nazarí volviera a pasar a defensa de cuatro y así contar con más efectivos tras recuperación de balón.
Después de esta ocasión volvían las posesiones en ataque del Athletic, con algunas rupturas de Nico Williams. Y tras un balón largo, peinado por R. García, tocado por Iñaki Williams, y unos rebotes desafortunados para el Granada el balón acaba entrando para que el Athletic empatara el partido.
El gol espabilaba al Athletic y encadenaba una serie de ataques peligrosos entre ellos gracias a un error defensivo de Etequi que robó Muniain y a punto estuvo de marcar.
En los minutos finales el Granada se estiraba un poco, y con un error en salida de Unai Simón, Íñigo Martínez se ve obligado a forzar una falta en la frontal que se saldaba con la roja para el internacional español y se perderá el partido del Bernabéu intersemanal. La falta acabaría en nada, no sin tener emoción en una segunda jugada.
Con un córner en el minuto cien del Athletic acababa el partido, repartiéndose así los dos conjuntos el punto, que no deja saciado a ninguno en vistas de, como decíamos al principio, conseguir sus objetivos.