El PSG expresa signos de luz

Ante tanta incertidumbre futbolística, el PSG ofreció su mejor cara en la UEFA Champions League. Se tuvo que esperar hasta la última jornada de la fase de grupos para ver una versión digna de los parisinos. Si bien hubo mucha injerencia de Messi y Mbappé (ambos con un doblete), esta no fue una respuesta salvadora y sí consecuencia a su juego. Esta victoria (4-1) ante el Brujas -abollado desde el inicio- pueden considerarse nutritiva en su corto devenir.

Show parisino

Estaba, de hecho, ante su oportunidad de empezar a manifestar un estilo el PSG. Y eso se mostró claramente. No obstante, antes llegó la apertura del marcador, ya que a este equipo lo último que le falta es el gol. Lo hizo Mbappé, que después de trenzar por banda junto a Nuno Mendes, aprovechó un mal despeje de Mignolet a centro del luso para anotar (2′). Significó eso mayor tranquilidad para que los de Pochettino plasmen lo que el argentino quería: presión altísima en salida rival, asfixiando al hombre para recuperar enseguida y, por ende, instalarse en campo contrario. Con su rival en tromba, el Brujas apenas podía aglutinar hombres en su área. Sin embargo, eso no fue problemas para que Di María colocara un magistral balón por encima de la zaga, leyendo una ruptura corta de Mbappé, quien le pegó al balón sin dejarlo caer. Golazo (6′).

Se gustaba notablemente el Paris, que es más con Verratti en el once. El italiano fue el amo del mediocampo, equilibrando a su equipo, robando y lanzando balones, y complicando más el encuentro al Brujas, que ha ido de más a menos en el torneo sin dudas. Aunque por un momento, con el PSG reposando de su esfuerzo, trató el campeón belga de incomodar. Si bien Donnarumma estuvo atento para estirarse ante un remate de Sandra, lo cierto es que esa respuesta lo desorganizó hasta verse otra vez maniatado. La zaga estuvo lista para frenar tanto a Wijnaldum como no dar opción a Messi dentro del área. No obstante, cuando está potenciado por el colectivo, el argentino es imparable. Tras dos tiros bloqueados, se sacó un disparo lejano ‘marca de la casa’ directo al ángulo y sellar el juego (38′). Era una exhibición por parte de los capitalinos.

Messi trae calma

Quizás debido a que ya no tenían nada que perder, el Brujas tuvo otros ánimos para afrontar el complemento. Su sensación de inferioridad desapareció y, por ende, se revelaron ante la constelación de estrellas que tenían al frente. Se equivocó demasiado el PSG al pensar de que iba a vivir muy plácido, y lo pagó caro su última línea. Con la ‘Academia’ instalada prácticamente cerca de su área, Lang y De Ketelaere, los más activos, aprovechaban los insólitos descuidos de la defensa parisina para generar peligro. Ricca, el mismo De Ketelaere y Sandra empezaban a hincar la burbuja parisina. Sí que apretó fuerte Rits, llegando desde atrás para poner la guinda a una incursión sin oposición alguna de Lang (68′). Aquel tanto acabo siendo la señal perfecta para que Messi hiciera acto de presencia.

Jugador anti-sistema como solo él, el ex del Barcelona comenzó a descender entre líneas para devolver al subcampeón galo en sí mismo y, a la par, sentirse reforzado. El Brujas, de todas formas, no le perdió la cara a lo que quedaba de encuentro. El equipo de Clement devolvió los golpes que iniciaba Messi gracias al descaro de un joven Lang que expira talento. Eso sí, muy lejos del que posee el siete veces ganador del balón de oro, que tenía entre ceja y ceja ampliar su cuenta. Su deseo, como no podría ser de otra forma, tuvo recompensa gracias a Hendry, quien le ‘sirvió’ un penal que no fallaría (76′). La celebración en el Parque de los Príncipes correspondía al performance ejercido. Y es que por más que los grises terminaron por colorear la actuación del PSG, se notaron trazos de luz que marcan el camino a seguir ahora que comienza el verdadero camino a San Petersburgo.

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