Raúl I de Anduva

Duelo de necesidades en Anduva. Si bien tanto Mirandés como Real Oviedo tienen margen con el descenso, cinco y seis puntos respectivamente, ambos querían ganar para dejar casi definitivamente de mirar a esa zona de peligro y, por que no, empezar a mirar hacia arriba con tranquilidad.

Salió con un once habitual Joseba Etxeberría, tres centrales y carrileros, la entrada como única novedad de Beñat Prados y la amenaza de Raúl García de Haro en el ataque, con once dianas en el zurrón. Por su parte, Álvaro Cervera metía novedades. Volvía Luismi al eje por Mangel pero, sobre todo y tras muchos partidos sin disputar ni un minuto, era de la partida el mexicano Marcelo Flores en la zona izquierda del ataque.

Arrancó el choque sin dominador claro, con el respeto que reinaba entre ambos conjuntos, pero quizás con el Mirandés queriendo más el cuero. La primera del partido fue para el Mirandés en una transición con centro al segundo palo, cesión perfecta de Salinas de primeras y, Roberto López en carrera y en área pequeña, solo, la mandó arriba. Muy clara. Buscaba el Oviedo adelantar líneas y buscar portería rival. Lo primero lo conseguía, lo segundo, durante el primer cuarto de hora, no.

Pasaban muy poquitas cosas en el partido, como era previsible por otro lado. Prácticamente nada desde aquella ocasión de Roberto López casi al comienzo. Apretaba un poquito el Mirandés, que cargaba el área carbayona pero sin finalizar sobre Braat. Sí lo hizo Salinas a la salida de un córner al borde del área en una pelota rechazada que el carrilero zurdo enganchó para mandar alto.

Al veintiséis llegó la más clara, y fue para el Oviedo. Córner, segunda jugada y pelota al área donde Dani Calvo, fuera de su zona de influencia enganchó de volea para el paradón de Alfonso Herrero, que envió al travesaño. Clarísima.

Raúl García de Haro. Otra vez

Cuarenta y cinco de la primera, todos pensando en el descanso. Todos menos él. Pelota al borde del área para Raúl, el “9” se metió en el área, le hizo el ovillo a Tarín y la puso al palo largo donde no pudo llegar Braat. Duodécimo tanto del ariete propiedad del Real Betis Balompié, y otra vez que el Real Oviedo recibía justo antes del descanso. Golpetazo al mentón carbayón. Para más inri, en la acción del recorte, apoyo horrible de Rodri Tarín en la rodilla que le iba a impedir seguir en el partido con muy muy mala pinta. Minuto fatídico para el Oviedo. Y descanso.

Arrancó la segunda mitas sin cambios en el Mirandés y con tres variantes en el Real Oviedo. Rodri Tarín, como era evidente, no pudo seguir y en su lugar entró David Costas. Manu Vallejo y Luismi también se quedaron en vestuarios. En su lugar entraron Montoro y el ariente del filial Mascarenhas.

Fue precisamente para Masca la primera de la segunda mitad. Pelota parada que puso Montoro y el cabezazo del portugués que se fue arriba por poco. La respuesta fue buena para los burgaleses. Lo intentó Gelabert con un buen disparo desde fuera del área al palo largo que se fue no muy lejos del larguero.

Necesitaba el Oviedo el empate, pero era incapaz de crear peligro a la meta de Alfonso Herrero a excepción del cabezazo de Masca a pelota quieta. Introdujo Cervera a Borja Sánchez para intentar darle más creatividad al juego, pero nada más lejos de la realidad hasta el momento.

Clarísima al sesenta y tres para el Oviedo. Primera aparición por banda de Abel Bretones, centro excelso del langreano rasito en ventaja para Masca, que se lanzó al suelo y le quedó muy centrada fácil para Alfonso. Otra clara para el portugués. Pudo matar el Mirandés a once del final. La tuvo muy clara Óscar Pinchi que empaló un pase atrás alto. Estaba solo en el punto de penalti. Tremendamente clara.

Incapaz el Real Oviedo de volcar el partido en dirección a la meta del Mirandés, que vivía muy cómodo con ventaja en el marcador y sin sufrir absolutamente nada. Al final, victoria importantísima del Mirandés, que prácticamente le evita mirar hacia abajo, y el Real Oviedo, una vez más en la nada, metiéndose en un buen lío.