“¡Salve, Dani Vidal!”: El Gimnàstic respira tras vencer por la mínima al Cornellà
Los tarraconenses se impusieron por 1-0 en un partido sufrido hasta el descuento, que prácticamente, les mantiene en la categoría a falta de dos partidos
Previa: Un último aliento
De nuevo en el Nou Estadi, una lucha se predisponía en el campo. Como aquellos gladiadores necesitados de victorias para sobrevivir, lo cerca que veían el descenso el Gimnàstic y el U.E. Cornellá generó un ambiente de tensión y emoción que duraría hasta la vuelta a casa de los aficionados, que iban a acudir en busca de una buena tarde de futbol.
El conjunto tarraconense, que al iniciar el partido estaba a tres puntos de la debacle, cumplió en Logroño (0-1) la semana pasada y cuadró las cuentas para aliviarse durante unos días (46 puntos), pero los resultados de los de abajo no perdonaron y la responsabilidad siguió recayendo en ellos. Con el equipo casi al completo, Dani Vidal iba a plantear un partido de vida o muerte para certificar la salvación casi matemáticamente y alargar una racha positiva que alegrase el final de temporada.
Los de Cornellá no vivían una situación muy diferente. Tampoco fallaron ante el Bilbao Athletic (1-0) y, a pesar de estar fuera del descenso antes de llegar a Tarragona, ellos marcaban la separación entre el abismo y la salvación (43 puntos). Otra victoria significaría una bombona de oxígeno, y no querían desaprovecharlo.
Primera parte: Golpe temprano y lucha continua
El partido comenzó reñido, tanto fuera, como dentro del campo. Las dos aficiones calentaron los primeros minutos del encuentro que dominó el Gimnàstic con una estrategia enfocada en el juego aéreo, y en pocos minutos, todo se vino arriba.
Tras un centro de Andy Escudero, Quintanilla se encontró con un balón mal rechazado y definió ante Lucas Anacker. El meta no pudo hacer nada, y el Nàstic dio la sorpresa a los tres minutos. El partido comenzó como debió hacerlo el Gimnàstic toda la temporada, con agresividad, pero ofreciendo un futbol más concentrado e inteligente.
Los de Cornellà trataron de reaccionar a través de las bandas, aunque se encontraron con un Pol Domingo de vuelta al ruedo muy enchufado, y un Joan Oriol imbatible en los primeros minutos.
El partido se estancó en un reparto interminable de idas y venidas, con un muy buen planteamiento táctico de los locales, que no dejaron pasar nada, pero que se encontraron con dificultades para iniciar contraataques prolíferos. Su 4-2-4 en ataque les ofreció más espacio ante un Cornellà encerrado, que también intentó sorprenderles, pero le fue imposible.
La primera ocasión de los verdiblancos llegó a los treinta minutos, tras un disparo lejano de Alfred, pero no hubo suerte. La organización de ambos equipos se volvió más conservadora y solo los ‘grana’ se animaron a probar buscando a Guillermo y a Pablo Fernández (los que más generaron) por arriba.
El Nàstic supo dominar bien la presión de ir por encima en el marcador, midiéndole el pulso a un Cornellà desesperado que solo encontró luz con Alfred y Talavera.
Marc Fernández, Pablo y Guillermo dieron mucho trabajo a los cinco defensores rivales, pero a los cuarenta minutos comenzó a notarse el cansancio. Así lo aprovechó el equipo de Gonzalo Riutort, que generó peligro en dos jugadas seguidas que pudieron ser clave, pues Rubén Enri clavó el balón al travesaño y, en el rechace, Mamor falló un gol claro.
La primera parte acabó con un equipo local bien posicionado, con las cosas más claras que el Cornellà, que se vio desesperado por aprovechar el bajón físico del Gimnàstic. Aun así, el futbol por fin se respiraba en un Nou Estadi que, por fin, se vio ganando en la primera parte tras varios partidos sin hacerlo.
Segunda parte: ¡Salvación!
Los segundos 45′ prometieron sudor y lágrimas por parte de ambos conjuntos, que sabían desde el descanso que se jugaban la vida, unos más que otros.
Comenzó atacando de manera más organizada el U.E. Cornellà, con un reparto del balón más evidente y haciendo cosquillas a los tarraconenses, que salieron dormidos en los primeros minutos. Redru recibió un buen balón desde la banda derecha, que acabó en el pecho de Manu García, pero las ocasiones llegaron más temprano que en la primera parte, y eso fue un indicio.
El lateral izquierdo sevillano fue un puñal por la banda en las primeras ocasiones, y con Isaac Nana generaron la segunda con más peligro, rozando la madera.
Los locales volvieron a conectarse al partido tras varios intentos desde fuera del área sin éxito, pero que consiguieron acorralar al Cornellà y devolverlo al punto de partida. Los esfuerzos comenzaron a pasar factura y las decisiones, al setenta, ya no eran tan precisas.
Ambos equipos intentaron ser verticales mediante la salida de balón aérea y las segundas jugadas, pero no hubo un “más allá” en muchas ocasiones. El Gimnàstic aprovechó su ventaja para frustrar a los de Riutort, que tras tener las mejores al inicio, buscaron encontrarse en el campo cambiando el sistema a un 4-2-3-1 y añadiendo piernas frescas.
Nahuel Arroyo y Gil Muntades proporcionaron nuevos efectivos y detalles que desequilibraron por momentos al Nàstic, pero tampoco encontraron la llave para desatascar la cerradura de Manu García, imbatible en 1a. RFEF.
Dani Vidal también acertó con los cambios, y Nil Jiménez tuvo la más peligrosa de toda la segunda parte para los locales. Se encontró el balón en el córner y, regateando a dos defensores, encaró a Anacker sin éxito, pero asustando a un Cornellà que hizo todo lo que estuvo en su mano.
En los últimos 4 minutos de añadido, el Cornellà no salió del campo rival, y aunque centraron y buscaron a De Groot y Nahuel desesperadamente, no hubo remedio.
A pesar de las buenas intenciones, el Nàstic se llevó los tres puntos al bote tras una tarde de sufrimiento y, sobre todo, de cabeza fría. Tras muchos partidos, encarrilaron una racha de dos partidos victoriosos que, por fin, les dejaba espacio para respirar y salvar la categoría.
